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Ampliación de la UE: Grandes cifras, grandes problemas

Lo más decisivo es que por primera vez Europa habrá superado la división entre oeste y este establecida después de la II Guerra Mundial.

28 de Abril de 2004 | 08:52 | DPA
BRUSELAS.- En el distrito de la Unión Europea (UE) en Bruselas las grúas no cesan de trabajar para crear más espacio para el Consejo Europeo y sus costosas cumbres. Las últimas reformas se concentran en el edificio Berlaymont, que albergará de nuevo, como antes, a la Comisión Europea.

La significación histórica de la ampliación con diez nuevos miembros a partir del 1 de mayo no puede medirse en primer término en cifras. Lo más decisivo es que por primera vez Europa habrá superado la división entre oeste y este establecida después de la II Guerra Mundial.

Un primer paso en este sentido, aunque no comparable, se dio en 1989 con la incorporación de la desaparecida RDA a la Alemania Federal. Lo que en Occidente se definía con desconfianza como el "Telón de Acero", es decir, la frontera con el este del continente, será ahora una "frontera interna".

Alemania, que durante tantos años fuera la "frontera exterior" de la UE, quedará ahora en medio de su territorio.

Pero aunque los números no son lo más importante, no por eso dejan de ser impactantes. La población crecerá casi un 20 por ciento, de 380,8 millones de habitantes a 454,9 millones, según cifras a enero de 2004 de Eurostat.

La superficie se amplía en un 23 por ciento a casi cuatro millones de kilómetros cuadrados. Y aunque los nuevos miembros no tienen un gran peso económico, todos juntos aumentan el Producto Interior Bruto (PIB) de la UE en casi un cinco por ciento.

Un segundo vistazo revela sin embargo los problemas que implican estas mismas estadísticas, algunos tan impresionantes como los números positivos. Si un 20 por ciento de personas apenas aporta un cinco por ciento más del PIB, ello implica que la productividad per cápita del bloque retrocederá. Según datos de 2002, en la nueva UE ésta será sólo de un 90 por ciento del valor actual.

Cuán grande es la diferencia en cada caso queda de manifiesto con el siguiente ejemplo: hoy, la región de la UE con mayor PIB es cinco veces más rica que la más pobre, pero en la Unión ampliada esta diferencia aumentará a nueve.

Con un PIB per cápita de un 53 por ciento con respecto al promedio del bloque, actualmente tres regiones, en Grecia y España, son las menos desarrolladas de las 213 de la Unión. Con ese mismo valor, un área de República Checa es en cambio la décima más rica de las 41 regiones que aportan los nuevos miembros.

A su vez, la situación en el mercado de trabajo se ve aún más complicada que ahora: la tasa de desempleo del bloque crecerá de un ocho a un nueve por ciento, con Polonia, que cuenta con una desocupación del 19,1 por ciento, como el país más problemático en este sentido.

Por eso, muchos de los "viejos integrantes" han hecho uso de la posibilidad de blindar su mercado de trabajo a los ciudadanos de los "nuevos", pero eso no hace desaparecer el temor de que muchas empresas se muden al este debido a sus competitivos salarios de sólo 2,42 euros (2,87 dólares) la hora, como por ejemplo en Lituania. En la UE actual, una hora de trabajo cuesta 22,21 euros (26,41 dólares).

La tarea política fundamental de la UE ha sido siempre intentar acercarse a un cierto nivel elevado de vida, aunque nunca se haya establecido con exactitud cuál. Una tarea que cuesta mucho dinero. Debido a las diferencias que habrá ahora entre los miembros, es de prever una fuerte lucha por el reparto de los fondos, si bien los esfuerzos cotidianos no deben opacar el éxito histórico que implica dar la bienvenida a los diez nuevos integrantes oficialmente el 1 de mayo.