WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó hoy que contestó con franqueza a todas las preguntas de la Comisión que investiga los atentados del 11 de septiembre de 2001, mientras advirtió que su país sigue "vulnerable" a los ataques de la organización terrorista Al Qaeda.
"Seguimos siendo vulnerables a un ataque y la razón es que Al Qaeda todavía existe, es peligrosa, nos odia, y tenemos que acertar el 100 por ciento de las veces para proteger a Estados Unidos", afirmó Bush en la Rosaleda de la Casa Blanca.
Bush declaró ante los diez miembros de la Comisión del 11-S por más de tres horas, junto con el vicepresidente Richard Cheney, donde defendió las acciones de su Gobierno antes de los ataques.
"Estamos trabajando largas horas para proteger a Estados Unidos y hacemos lo mejor posible" para llevar a los responsables ante la Justicia, aseguró.
Sin entrar en detalles sobre el contenido del encuentro - que se realizó a puerta cerrada-, Bush dijo que se abarcaron muchos temas, que contestó a todas las preguntas y que le interesan las recomendaciones de la Comisión para evitar los errores del pasado.
Pero la entrevista suscitó críticas entre algunos demócratas y algunos familiares de las víctimas del 11-S, por la presunta falta de transparencia y la suspicacia de que, quizá, ambos querían mantenerse en el mismo guión para no entrar en contradicciones.
Bush insistió en que no tiene nada que ocultar y que más bien quiso explicar a la comisión "cómo dicto estrategias, cómo funciona la Casa Blanca, como lidiamos con las amenazas".
Mientras, la comisión indicó en un breve comunicado que la reunión fue "extraordinaria" y que tanto Bush como Cheney estuvieron "elocuentes y francos".
La comisión bipartidista agregó que la información obtenida hoy formará parte del informe final - que será revisado renglón por renglón por la Casa Blanca- y que presentará ante el Congreso previsiblemente el próximo 26 de julio.
La comisión, compuesta por cinco republicanos y cinco demócratas, llegó lista con preguntas sobre todo lo que sabía el Gobierno sobre los planes terroristas, lo que hizo para tratar de impedirlos, las lecciones aprendidas y las estrategias adoptadas.
También tenía previsto escudriñar la respuesta del Gobierno a un documento de inteligencia del 6 de agosto de 2001, que informaba sobre los planes de Al Qaeda de atentar en suelo estadounidense.
Salvo algunos apuntes a mano de la comisión, Bush y Cheney hicieron declaraciones sin juramento, sin grabación alguna ni estenotipia - por motivos de seguridad, según la Casa Blanca-, por lo que la opinión pública sólo tendrá que confiar en su palabra.