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En Sicilia: Niño salvado gracias a su cordón umbilical

Donar el cordón umbilical puede contribuir a sanar enfermedades consideradas incurables.

05 de Mayo de 2004 | 15:35 | Patricia Mayorga, Corresponsal Emol
Qué hay que saber
El trasplante del cordón umbilical es una operación simple y rápida. No crea ningún tipo de riesgo al recién nacido, ni tampoco le provoca daño ni dolor, ya que la aspiración se produce cuando el cordón ya ha sido cortado. Posteriormente se guarda en un envase esterilizado y se congela.

La sangre del cordón umbilical puede ser usada para los trasplantes solamente si se tiene la seguridad que no contenga agentes infecciosos. Por lo tanto, es imprescindible efectuar controles específicos no solamente del cordón umbilical, sino también de la madre que dio a luz. Estos controles se hacen mediante dos análisis de sangre: uno en el momento del parto y el otro seis meses después. Por eso, la madre debe dar su consentimiento a la donación y a los controles sucesivos.

La investigación en este campo pretende lograr que transplantes de este tipo puedan ser realizados en personas adultas, ya que por el momento la mayoría se realiza en niños, porque la cantidad de “dosis celular” del cordón es limitada. Sin embargo, como la capacidad de proliferación de las células estaminales del cordón umbilical es notable, hay buenas perspectivas en este campo, concluyó el profesor Arcese.

SICILIA, Italia.- Jamás se habría imaginado la madre de Giovanni (el nombre es de fantasía) que la donación del cordón umbilical de su hijo recién nacido, un gesto que ella misma había considerado casi insignificantes, dos años más tarde contribuiría a curar al niño de una grave leucemia.

Las células estaminales, extraídas de su mismo cordón umbilical, le fueron trasplantadas por el equipo dirigido por el doctor Calogero Ciaccio y la doctora Michela Gesù del hospital de Sciacca, en Sicilia: “Es la primera vez en absoluto que se realiza una intervención de este tipo”, expresó el médico después de la operación. Se refería a la posibilidad de que el cordón umbilical de un recién nacido pudiera servir al mismo niño dos años después del parto.

Giovanni tuvo suerte, porque durante este periodo las células estaminales de su cordón, no fueron compatibles con ninguno de los niños enfermos que tenían necesidad de ese tipo de trasplante.

El cordón del niño estuvo congelado durante dos años en el Banco de Cordones Umbilicales de Sciacca, el primero de este tipo que existe en Europa y el segundo en el ámbito internacional. En la actualidad en todo el mundo hay aproximadamente 150 mil ejemplares, donados por las madres en el momento del parto.

En conversación con Emol, el profesor William Arcese, profesor de Hematología de la Universidad Tor Vergata de Roma y asesor científico de “Adisco”, (la Asociación de Mujeres Italianas donadoras de sangre del cordón umbilical), hizo la salvedad de que casos como este, es decir que una persona pudiera usar su mismo cordón para curar su propia enfermedad son rarísimos: “En realidad en familias que no tienen precedentes de enfermedades hematológicas, la probabilidad que esto ocurra es muy baja, un caso cada 20 mil, durante los 20 primeros años de vida”, especificó el doctor.

“Es importante subrayar este dato para no mandar mensajes equivocados”, agregó el profesional. “Es decir, es impensable que una mujer done el cordón umbilical de su hijo pensando que luego le podría servir a él mismo. Se trataría de una actitud profundamente egoísta que desvirtúa el sentido de la donación”.

El cordón umbilical, que normalmente se consideraba inservible y que hasta hace poco se eliminaba, en realidad contiene sangre que contiene células estaminales, idénticas a las de la médula espinal, que son capaces de generar glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas, que son los elementos fundamentales de la sangre.

Una de las diferencias que inclinan hacia el uso el cordón umbilical es la rapidez de análisis, añadió el doctor Arcese, es decir, los exámenes para ver la compatibilidad de sus células estaminales en el caso de trasplante, son mucho más rápidos de los necesarios para establecer si las células presentes en la médula espinal son adecuadas: “En el primer caso los exámenes completos se demoran aproximadamente un mes, mientas los análisis de la médula espinal pueden durar de 4 a 6 meses”, dijo.
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