WASHINGTON.— Casi duele con sólo verlas.
Los prisioneros están en posiciones de humillación y degradación: desnudos, y atados como si fueran perros; apilados unos sobre otros en torpes pirámides de piel, o acomodados en pretendidos actos sexuales.
Sus captores, soldados estadounidenses, en algunos casos sonríen y señalan como si posaran para tener fotografías de trofeo. Su alegría simplemente está fuera de lugar.
Una cosa es leer que los prisioneros iraquíes han sufrido abusos, y otra muy diferente ver fotografías tan gráficas que los padres se apuran a llevarse el diario o cambiarle de canal de televisión antes de que los niños puedan verlas.
Las horrendas imágenes que se están filtrando desde la prisión de Abu Ghraib en Irak, controlada por Estados Unidos, provocan tal impacto visual que han generado el descontento y la condena tanto en el exterior como dentro de Estados Unidos, y se espera que haya más.
"Nos asquearon", señaló el jueves el presidente estadounidense George W. Bush.
Una fotografía de un prisionero con el rostro cubierto y amarrado con alambres parecía ser una parodia cruel de un espantapájaros. El prisionero está atado y montado sobre una pequeña caja, con los brazos extendidos, con la cabeza cubierta por una capucha puntiaguda y el cuerpo cubierto por algún tipo de tela.
Tiene alambres atados a sus manos y aparentemente se le dijo que sería electrocutado si se caía de la caja.
En otra fotografía, una mujer soldado estadounidense, con un cigarrillo colgando de sus labios, sonríe a la cámara mientras se inclina y apunta con las dos manos a los genitales de un iraquí desnudo y encapuchado, como si formara con sus manos un par de pistolas.
La misma soldado es mostrada en otra fotografía en la que sostiene una correa que rodea el cuello de otro iraquí desnudo que se encuentra tirado a su lado debajo de una litera de la celda, con el rostro desfigurado.
Otras fotografías muestran montañas torcidas de prisioneros desnudos y encapuchados apilados unos sobre otros en pirámides pornográficas mientras sus captores sonríen y muestran los pulgares en señal de aprobación.
En otra, otro iraquí desnudo es mostrado solo, con los brazos extendidos detrás de él y esposado a una base de cama metálica, sus brazos arqueados de una manera que debería dolerle y con el rostro cubierto por ropa interior femenina.
Hay también fotografías de un cadáver muy golpeado, y se desconoce la historia de su muerte.
La liberación de Irak no debería verse así. Los estadounidenses se sorprendieron al ver el poder de las mismas fotografías y se preguntaban cómo iba a reaccionar el mundo árabe con esas imágenes.
La presencia de mujeres soldados que se burlaban de los hombres desnudos en las fotografías podrían generar reacciones aún más encendidas entre los musulmanes, donde el recato físico es particularmente apreciado.
