SANTANDER, España.- La Policía ha detenido a diez personas y ha desarticulado una red dedicada a introducir ilegalmente en España a mujeres brasileñas para explotarlas como prostitutas en un club de alterne de Santander (norte del país).
Según informó hoy la Policía, la banda estaba integrada por seis españoles y brasileños que mantenían retenidas a cuatro mujeres brasileñas en situación ilegal.
Los detenidos son los españoles E.Z.G, de 54 años; y C.S.G, de 44 años, ambos con antecedentes policiales; O.S.A, de 32, F.I.D, de 51, y M.A.G.G., de 56, y la esposa de O.S.A, la brasileña N.D.S, de 32 años.
También fueron arrestadas cuatro mujeres, todas menores de 27 años, en situación irregular que trabajaban en el club.
A seis de los detenidos se les acusa de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra los derechos de los trabajadores, relativos a la prostitución y asociación ilícita.
Además, a dos de ellos se les imputa un delito contra la salud pública al traficar, presuntamente, con droga.
Durante la operación policial, los agentes registraron el club, donde encontraron diferente documentación, y el domicilio de uno de los responsables de la red, en el que hallaron 60 gramos de estupefacientes, "al parecer cocaína", y útiles para su comercialización.
Las investigaciones demostraron que este hombre, O.S.A., está casado con una brasileña, con quien viajaba con relativa frecuencia a Brasil para captar mujeres menores de 30 años, con buena presencia, madres solteras, divorciadas o separadas con problemas familiares y económicos y de escasa formación.
O.S.A proponía a las mujeres trasladarse a España para ocupar puestos de trabajo "dignos", prometiéndoles salarios que les permitirían enviar dinero a sus familias en Brasil.
Cuando las mujeres aceptaban viajar a España a través de la ruta Sao Paulo-París-Bilbao, se le facilitaba pasaporte, pasaje de avión y dinero.
Además, se les instruía sobre la ropa que debían llevar y de las contestaciones que tenían que dar en los controles fronterizos, diciendo que iban a visitar a alguien en España cuya dirección podían facilitar si les era requerida.
En Bilbao (norte de España), un miembro de la organización las recogía y las trasladaba directamente al club.
Allí la encargada les retiraba toda su documentación y dinero y les explicaba que su trabajo consistía en alternar y mantener relaciones sexuales con los clientes hasta saldar la deuda adquirida, unos 4.000 euros (unos 4.800 dólares), además de abonar 210 euros semanales por alojamiento y manutención (más de 250 dólares).
En el establecimiento sólo dormían las chicas que trabajaban allí y hasta que la encargada no llegaba no podían salir al exterior, aunque en estos casos se les retenía la documentación para que no pudieran escapar.
Uno de los clientes se apiadó de una de las mujeres y le pagó los 3.400 euros (más de 4.000 dólares) que le quedaban para liquidar la deuda y poder abandonar el club.
