LA PAZ.- Unas veinte organizaciones de trabajadores afiliadas a la Central Obrero Boliviana (COB) comenzaron hoy una "Marcha por la Dignidad y la Soberanía Nacional" desde la localidad de Patacamaya hacia La Paz.
En la marcha participan profesores, comerciantes minoristas y trabajadores de la salud, pero el dirigente Pedro Durán se declaró convencido de que en las próximas horas se sumarán varias organizaciones más, procedentes de diversos puntos del país.
Aún no está claro cuánto tiempo tardarán los marchistas para recorrer los cien kilómetros entre Patacamaya y La Paz, en lo que pretende ser la mayor movilización desde que hace nueve días comenzara una huelga general indefinida de la COB.
El secretario ejecutivo de la COB, Jaime Solares, prometió que "miles" de personas participarán en la marcha, que tiene como bandera principal la nacionalización de hidrocarburos.
Medios periodísticos opinan que el éxito de la marcha será la "última carta" de Solares para continuar como máximo dirigente sindical del país, pues cada vez es más cuestionado por las bases por la poca fuerza de la huelga y las denuncias de que en su juventud colaboró como paramilitar con dictaduras ultraderechistas.
Mientras en Patacamaya comenzaba la movilización, en La Paz sectores magisteriales bloquearon las principales calles de la ciudad y crearon una situación de caos vehicular que ya es cotidiana en la ciudad.
La COB renovó este miércoles en una asamblea la decisión de combatir al Gobierno mediante la huelga y las movilizaciones, estimulada además por la decisión de la beligerante Central Obrera Regional de la ciudad de El Alto de dar por finalizadas las negociaciones con el Ejecutivo y pasar a las acciones de fuerza.
Los maestros rurales se sumaron hoy en pleno a la huelga, como antes lo hicieron los trabajadores de la salud, los de caminos y los maestros urbanos, con lo que crece de a poco la adhesión a una huelga que medios periodísticos han catalogado de "fracaso".
Las tensiones también se dan por la toma de minas privadas por parte de mineros organizados en pequeñas cooperativas, por la reanudación de las acciones de fuerza por el Movimiento Sin Tierra y por la amenaza de bloqueo de vías a cargo de los campesinos.
Además de demandas sectoriales específicas, que incluyen aumentos salariales e incrementos presupuestarios, los trabajadores están unidos en torno a la nacionalización del gas, demanda que ha sido rechazada por el Ejecutivo por su supuesta inviabilidad.
