RAFA, Franja de Gaza.- El ejército israelí mató hoy a 16 palestinos en la mayor ofensiva en años en la Franja de Gaza, cuando sus tanques e infantería entraron en un bastión de radicales pese a las críticas internacionales.
El asalto en el campo de refugiados de Rafah, una de las mayores operaciones israelíes desde el comienzo de la rebelión palestina en 2000, generó condenas debido a amenazas israelíes de destruir cientos de hogares palestinos en el territorio ocupado.
Sin embargo, el ejército dijo que no había planes de ninguna demolición sistemática durante lo que calificó de operación abierta para frenar el contrabando de armas a través de túneles desde Egipto.
"Su duración dependerá de las evaluaciones de la situación y de los logros operativos en los próximos días", declaró el ministro de Defensa Shaul Mofaz.
Al amparo de la oscuridad, las tropas irrumpieron en Rafah adoptando posiciones estratégicas en edificios llenos de boquetes de balas, mientras los soldados realizaban registros casa por casa y se enfrentaban con palestinos armados.
Israel había concentrado más hombres en Gaza que cuando capturó la zona en la guerra de los Seis Días de 1967, dijeron comentaristas, para una ofensiva lanzada después de que los radicales mataran a 13 de sus soldados y propinaran al ejército su mayor golpe en dos años.
"Tenemos miedo", dijo Miriam Abu Jazzar, mientras registraba las ruinas salpicadas de sangre de la casa de su hija, derribada por un misil. "Cada hora hay disparos", añadió.
Helicópteros artillados mataron a siete palestinos, al menos tres de ellos armados, en las afueras de una mezquita.
Otros palestinos, al menos uno armado, murieron en enfrentamientos callejeros. Una pareja de hermanos -hembra y varón- estaban entre las víctimas, cuando fueron tiroteados mientras alimentaban palomas y colgaban ropa lavada en un techo, dijeron residentes.
Los habitantes del campo, quejándose de que las ambulancias no llegaban a donde están, colocaron a un cadáver en una nevera para protegerlo del calor.
Decenas de personas resultaron heridas en sus ataques aéreos y combates callejeros de la "Operación Arcoiris".
Temor a demoliciones masivas
"Moriremos y ellos morirán, pero somos musulmanes y vamos al Cielo. Ellos irán a las llamas del infierno", dijo el policía palestino Ashraf al-Jamal, de 30 años.
Los palestinos lanzaron cohetes y activaron bombas ocultas en el campo de bloques grises de hormigón en el que viven 90.000 personas, semillero de radicales que atacan a los soldados que patrullan la frontera egipcia.
La Unión Europea condenó la incursión, que también fue criticada por las Naciones Unidas por los temores de que pueda dejar a miles de personas sin hogar. Estados Unidos, aliado de Israel, dijo que estaba preocupado.
"Pedimos al mundo entero que intervenga de inmediato para bloquear la escalada militar de Israel", dijo el ministro de gabinete palestino, Saeb Erekat.
Los enfrentamientos han surgido en Gaza desde que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, propuso evacuar a las tropas y los colonos de la Franja de Gaza en un plan respaldado por la mayoría de los israelíes y Estados Unidos, pero al que se oponen miembros radicales de la coalición gobernante.
Mientras la operación del martes se llevaba a cabo, un combatiente palestino murió en un accidente mientras preparaba una bomba en su casa.
En otros incidentes, el ejército israelí también mató hoy a dos activistas en enfrentamientos distintos en Cisjordania.
