MADRID.- El juez Baltasar Garzón dictó hoy auto de procesamiento contra Said Berraj, uno de los presuntos implicados en los atentados de Madrid del 11 de marzo, por su supuesta relación con un grupo de Al Qaeda desarticulado en España a finales de 2001.
Sobre Berraj pesaba ya una orden de busca y captura internacional dictada por otro juez de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, que es el encargado del sumario abierto en relación con los atentados que costaron la vida a 192 personas en la capital española.
Berraj, de nacionalidad marroquí, está en paradero desconocido y las autoridades intentan averiguar si se suicidó junto a otros seis terroristas en la localidad de Leganés (sur de Madrid) el pasado 3 de abril, cuando el grupo fue descubierto y rodeado por la policía.
Todavía hay un cadáver por identificar y desde Madrid se ha solicitado a Marruecos que envíe muestras de ADN de familiares del imputado para determinar si está muerto o en situación de huida.
Garzón investigará el grado de colaboración que Berraj, alias "Said el Mensajero", tenía con la célula de Al Qaeda liderada por Imad Eddin Barakat Yarkas ("Abu Dahdah") que fue desmantelada en noviembre de 2001, en el marco de la "Operación Dátil".
Según el juez, Berraj "formaba parte del grupo de militantes de Al Qaeda enviados a Afganistán, vía Turquía, por 'Abu Dahdah' como integrantes de la célula española desde, al menos, 1999".
Además, Garzón destaca que la integración de Berraj en la red que dirige Osama bin Laden se constata "por su posible implicación en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid".
"Said el Mensajero" estuvo en Turquía entre septiembre y octubre de 2000, donde vivió con Amer Azizi, al que también se relaciona con el 11-M, Salahedin Benyaich, detenido en Marruecos en relación con los atentados de Casablanca de mayo de 2003, y Lahcen Ikassrien, preso en la base militar estadounidense de Guantánamo (Cuba).
Todos ellos fueron detenidos en octubre de 2000 por la policía turca, que constató que los cuatro viajaron juntos desde Madrid, y que tenían previsto continuar viaje a Irán y a Afganistán.
Tras su detención, las autoridades turcas decidieron deportar a Berraj y Azizi a Irán, a "Abu Mughen" al Reino Unido, mientras que "Hassan" fue entregado a la embajada de Marruecos en Turquía.
Garzón les seguía la pista desde entonces, por lo que en diciembre de 2003 se pidió a Ankara que enviara fotos y reseñas de las huellas dactilares de los detenidos e informaran de "su posible conexión con grupos u organizaciones extremistas islamistas".
El pasado 9 de marzo, dos días antes de la matanza de Madrid, se recibieron los datos solicitados, pero estos no llegaron traducidos al juzgado de Garzón hasta el 29 de abril.
Las últimas noticias que se tienen de Berraj son del 12 de marzo, fecha en la que la policía ya está tras su pista por participar en el 11-M, cuando dice en su trabajo que se marcha a Marruecos al entierro de una hermana que, según la investigación, no existe.