BERLIN.- El ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler, recuperó hoy para la oposición conservadora-liberal la presidencia de la República Federal de Alemania (RFA), al imponerse claramente a la candidata del Gobierno de Gerhard Schroeder, la politóloga Gesine Schwan.
Koehler logró, ya en la primera ronda de votación, la mayoría absoluta con 604 votos del total de 1.204 asistentes a la Asamblea Federal y sucederá al frente del máximo cargo representativo del país al socialdemócrata Johannes Rau.
Schwan logró 589, diez más de los que suman el Partido Socialdemócrata (SPD), los Verdes y el pos-comunista Partido del Socialismo Democrático (PDS). El resto fueron abstenciones o nulos.
Alemania necesita "una reforma en profundidad", dijo Koehler tras su elección, reafirmando así anteriores pronunciamientos a favor de las reformas estructurales del Gobierno rojiverde.
"La globalización marca cada vez más nuestras vidas", siguió, y Alemania está entre los países que "mayor provecho deben y pueden sacar de ella". Sin embargo, es misión de todos hacer que la globalización vaya también "en beneficio de los más pobres", afirmó el ex responsable del FMI.
"Quiero ser el Presidente de todos los alemanes y de todos cuantos viven en Alemania", dijo asimismo Koehler, parafraseando casi el discurso de investidura de su antecesor.
"Tras seis años en el extranjero, vuelvo aquí agradecido por todo lo que Alemania me ha dado y dispuesto a devolverle cuanto esté en mi mano hacer por el país", añadió, en lo que debería haber sido, de acuerdo al protocolo, unas palabras de reconocimiento, pero que se convirtió en un pronunciamiento de sus principios.
Junto a las frases de rigor de agradecimiento, Koehler aludió a las raíces cristianas del país y reivindicó su derecho al patriotismo, ya que éste no es antagónico con el cosmopolitismo de una Alemania que tiene que averiguar "qué quiere y qué puede ser y a dónde quiere ir en el siglo XXI".
La elección de Koehler se daba por hecha, ya que lo apoyaban la Unión Cristianodemócrata (CDU), la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el Partido Liberal (FDP), mayoritarias en la Asamblea.
El cargo presidencial es meramente representativo, pero su cómoda elección da a la CDU un nuevo espaldarazo en sus aspiraciones a recuperar el poder ejecutivo del país.
Hasta ahora, en la historia de la RFA liberales y conservadores han nombrado seis presidentes: Theodor Heuss y Walter Scheel, por parte del FDP; y Heinrich Lúbke, Karl Carstens, Richard von Weizsaecker y Roman Herzog, de los conservadores. El SPD sólo nombró a dos, Gustav Heinemann y el saliente Rau.
El Presidente de la RFA no se elige por voto ciudadano, sino por la Asamblea Federal, formada en esta ocasión por los 602 miembros del Bundestag, más 603 enviados de los estados federados, entre ellos personajes de la vida pública, deportistas o intelectuales.
El presidente de Parlamento, Wolfgang Thierse, se pronunció en la apertura en contra de un voto directo, porque daría a la presidencia mayores poderes que los representativos que le da la Constitución, lo que en Alemania no es aconsejable "por razones históricas".
Thierse dijo que, hasta ahora, la Asamblea Federal ha "elegido siempre bien" al presidente y añadió que, para el ciudadano alemán, se trata ésta de una institución de gran credibilidad.
La apertura de Thierse estuvo revestida del mismo aire relajado y dio ocasión incluso a alguna carcajada general, como cuando cometió el desliz de presentar a su correligionaria y candidata socialdemócrata como "el profesor Gesine Schwan", en masculino.
Schwan se unió a las risas con la misma deportividad con que se tomó su candidatura, en la que pese a partir como aspirante con pocas posibilidades ha hecho un exhaustivo "tour" de presentación.
El esprint tuvo lugar el sábado, en que festejó su 61 cumpleaños con el grupo socialdemócrata y se "prometió" con su hasta ahora compañero sentimental, el fundador de la organización anticorrupción Transparencia Internacional, Peter Eigen.
Con el mismo aire distendido asistían grupos de ciudadanos a la transmisión de la sesión, vía pantalla gigante ante el Reichstag con declaraciones de los asistentes a la votación.
Un elegante Michael Stich, ex tenista y designado por la CDU, reconocía ante las pantallas no tener mucha idea de política, pero estar encantado de "representar al pueblo".
La aristócrata Gloria de Thurn y Taxis, por la CSU, tuvo que hacer frente a las alusiones a una reciente aparición en televisión, en que confesó haber tomado cocaína en el pasado, lo que ha hecho que se ponga en duda la oportunidad de nombrar para la Asamblea a la que, años atrás, se apodó "aristócrata punk".
Unos pocos manifestantes protestaban asimismo bajo la lluvia por la presencia, también entre las filas conservadoras, del ex juez nazi Hans Filbinger, quien en 1978 tuvo que dimitir como primer ministro de Baden Wúrttemberg por su pasado, pero que ha participado en seis votaciones de otros tantos presidentes, incluida la de hoy.
