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Ya van más de 900 muertos por inundaciones en Dominicana y Haití

26 de Mayo de 2004 | 23:01 | Ap
JIMANI.— Las lluvias que el fin de semana azotaron la isla de La Española, arrasando aldeas en la República Dominicana y Haití dejaron unos 900 muertos según se pudo estimar el miércoles por la noche, aunque la dificultad para llegar a los lugares afectados impedía conocer la verdadera magnitud de la catástrofe.

En Jimaní se estimaba en 660 los muertos, en tanto centenares de personas seguían desaparecidas.

En Haití, las autoridades sanitarias hallaron 300 cuerpos en la aldea sureña de Mopou, dijo Margarette Martin, delegada del gobierno para la región sudoriental en la vecina Jacmel.

En territorio dominicano, fueron hallados más de 417 cadáveres, incluso siete cadáveres que fueron vistos a las orillas de la Isla Cabritos por un fotógrado de The Associated Press. La isla está situada junto a un tramo infestado de cocodrilos, del Lago Enriquillo de agua salada, unos 10 kilómetros al este de Jimaní.

Los restos de muchos desaparecidos se cree que habían sido arrastrados por las aguas hasta las orillas del lago, dijo Eddy Olivares, jefe de operaciones de Defensa Civil, quien dijo que se creía que más cadáveres serían hallados esta semana.

Unos 150 cadáveres fueron enterrados en los mismos lugares donde fueron hallados en la aldea fronteriza de Jimaní, indicó Olivares.

Se dijo a los familiares que no había tiempo para identificar a los cadáveres porque su estado de descomposición generaba riesgos de salud. Entretanto, el ejército pidió a las familias que entreguen listas de parientes desaparecidos. Había casi 400 desaparecidos en Dominicana y más de 160 en la vecina Haití.

Los aludes de barro obstaculizaban el arribo de socorristas en ambos países, por lo cual aún se desconoce la verdadera magnitud de la catástrofe. Mientras tanto, los sobrevivientes hacían relatos sobrecogedores de familias enteras arrastradas por las aguas.

Varios camiones llevaron más de un centenar de cadáveres a una fosa común el martes en las afueras de Jimaní, un pueblo de unos 10.000 habitantes cerca de la frontera con Haití y poblado en su mayoría por emigrantes haitianos.

Los familiares de muchos niños ahogados esperaban por sus pequeños ataúdes para sepultarlos en cementerios locales.

Las fuertes lluvias desbordaron el río Solie en Jimaní y sus aguas arrastraron las cabañas de madera de tres de sus barrios. Muchos residentes estaban dormidos cuando el torrente de lodo arrasó el pueblo en la madrugada del lunes.

"No la podemos encontrar por ninguna parte", dijo el martes Norma Cuevas, de 32 años, mientras buscaba llorosa a su madre de 63 años entre el lodo y los escombros.

Un periodista de The Associated Press contó por lo menos 180 cadáveres del lado dominicano de la frontera hasta la tarde del martes. Funcionarios dijeron que un centenar más habían sido sepultados en una vasta fosa común, dijo el teniente Virgilio Mejía de la Comisión Nacional de Rescate de la República Dominicana.

El Ministerio del Interior en Puerto Príncipe confirmó 83 muertes del lado haitiano de la frontera, pero se dijo que el total continuaba aumentando a medida que los obreros de rescate y los familiares continuaban extrayendo cadáveres del lodo.

"El río arrasó con todo, no ha quedado nada en pie", dijo Jermanie Vulsont, residente de Fond Verrette, y añadió que la corriente arrastró a sus cinco hijos en la madrugada del lunes.

Primero se produjeron las inundaciones y a continuación un alud de lodo que cubrió gran parte del poblado con arenilla. Unas cuantas viviendas quedaron en pie y algunos pobladores buscaron refugio con familiares en otros poblados.

"Por un momento no nos dimos cuenta dónde estábamos parados", dijo un infante de marina estadounidense, Justin Collins, uno de los 20 marines que llegaron al lugar, y dieron galletas y fruta a los sobrevivientes. "Estábamos sobre partes del vecindario. Está claro que necesitan más alimentos y agua".

Manie Ceceron, una madre de 37 años que perdió a sus cinco hijos, dijo que "la lluvia caía. Yo estaba en la casa y corrí. No podía ver nada. No veía a mis hijos. No los volví a ver en ningún momento".

Los socorristas recuperaron un centenar de cadáveres en Grand Gosier, en el sur, y otros 100 más en el pueblo vecino de Mopou, dijo el director de protección civil de Haití, Marie Alta Jean-Baptiste. Otros 50 cadáveres fueron hallados por doquier en el campo.

La ayuda aún no llegaba a Mopou y se informó que más de 150 personas resultaron heridas y no han recibido ayuda médica de ningún tipo, dijo el gobierno haitiano. Otros pueblos también necesitaban asistencia.

El balance de muertos ha sido alto en Haití debido a que un 90% del empobrecido país está deforestado y la construcción de muchas de las viviendas era precaria. Muchos de los habitantes de Jimaní eran pobres inmigrantes haitianos que buscaban una vida mejor.

El gobierno dominicano había emitido un estado de alerta el domingo, advirtiendo a los pobladores sobre la crecida de los ríos debido a las lluvias. Pero a Jimaní casi no llegan las transmisiones radiales.

Mientras el sol secaba el remojado terreno el miércoles, los sobrevivientes trataban de reparar algunas viviendas dañadas. Centenares de cabañas de ambos lados de la frontera fueron destruidas y las organizaciones internacionales estudiaban la reubicación de varias de las familias que quedaron desamparadas.

Las inundaciones han sido las peores de la década. En 1994, la tormenta tropical Gordon provocó derrumbes de lodo y piedras que sepultaron a por los menos 829 haitianos.
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