SAN FRANCISCO.- Una demanda que acusa al régimen Atkins de ser perjudicial para la salud podría concluir el idilio de EE.UU. con las dietas bajas en carbohidratos, que acaban de alcanzar a su última "víctima": los afamados vinos californianos.
La demanda legal interpuesta contra el imperio Atkins -el famoso doctor, fallecido recientemente, que puso de moda las dietas que se basan el consumo reducido de carbohidratos- argumenta que lo que se pierde por un lado (peso) se gana por el otro (problemas cardíacos).
Esto se explica por el alto contenido en grasas saturadas que se ingieren al seguir este régimen, que recomienda el consumo de carnes de todo tipo, huevos y lácteos y desalienta el de pan, pasta, arroz y buena parte de frutas y verduras.
El demandante, Jody Gorran, un empresario de 53 años, cree que los productos Atkins -sobre todo los libros súper ventas y las páginas web- deberían advertir a los consumidores de que están poniendo en peligro su salud.
Su caso, argumenta, es un ejemplo de hasta dónde pueden llegar las consecuencias de seguir esta dieta, que puede disparar el nivel de colesterol.
Gorran, que comenzó el régimen en mayo de 2001, debió someterse recientemente a una angioplastia para destapar las arterias debido al elevado nivel de grasa que circulaba por sus venas.
El Comité Médico para la Medicina Responsable, un organismo que promueve la alimentación vegetariana y que ayudó a Gorran a interponer esta demanda, señaló que con esta iniciativa pretende "cuestionar legalmente los méritos de la dieta Atkins".
El imperio Atkins no se intimidó y respondió a esta alegación con un comunicado en el que dijo que no dejaría que un grupo de "extremistas vegetarianos" manipulasen el asunto.
No es la primera vez que Atkins se ve metido en líos.
En 1979, un tribunal de Nueva York rechazó las acusaciones de una anciana obesa que demandó a la compañía bajo el argumento de que la dieta le había causado su enfermedad cardíaca.
Mientras tanto, la epidemia de obesidad en Estados Unidos ha obligado al Gobierno a adelantar en un año las recomendaciones sobre la dieta que debería seguir la población para proteger su salud.
Un grupo independiente de trece científicos recomendó que los estadounidenses abandonen las dietas bajas en hidratos de carbono y eliminen calorías.
Lo ideal, según el Comité Asesor de Guías Dietéticas, sería que los estadounidenses consumieran carnes magras, productos lácteos de bajo contenido graso, además de muchas frutas y verduras.
Los científicos indicaron, en un informe preliminar, que la estrategia para perder peso no está en las proporciones de grasas y carbohidratos de una dieta, que sirven para reducir de peso solamente a corto plazo.
Como desde el principio indicaba el sentido común, a estas alturas algo desorientado por las poderosas campañas de comunicación de la dieta Atkins y similares, estos científicos recordaron que los componentes esenciales de una dieta sana y simple deben ser menos comida y más ejercicio.
Por otra parte, este comité eliminó del todo los alimentos que contienen almidón refinado, como el pan blanco, que hasta hace cuatro años estaba incluido en todas las recomendaciones dietéticas del Gobierno, así como las carnes rojas y los productos lácteos de alto contenido en grasa.
Además, los médicos alentaron por primera vez el consumo moderado de alcohol, ya que, según ha quedado probado en numerosos estudios, reduce el riesgo de trastornos coronarios y otras enfermedades.
Un alcohol que también ha caído "víctima" de la fiebre Atkins, al menos en lo que a estrategias de publicidad se refiere, ya que incluso los afamados vinos californianos incluirán la etiqueta "bajo en carbohidratos".
El vino sigue el camino de una amplia gama de alimentos, que ya eran, en sus orígenes, bajos en hidratos de carbono pero que añadieron el etiquetado con el fin de atraer a un mayor número de incautos consumidores.
Lo peor es que nada de esto podría merecer la pena.
Como dijo Gorran, "estuve a punto de morir a causa de una dieta que consideraba maravillosa. Cuando comencé no sabía que estaba haciendo un pacto con el diablo". Ahora, los que siguen el régimen ya están avisados.