PARIS.- La monja alemana del siglo XIX cuya visión empapada en sangre de la muerte de Jesucristo inspiró la película de Mel Gibson "La pasión" comenzará pronto el camino hacia la santidad, dijeron el domingo responsables de la Iglesia Católica.
Anne Catherine Emmerich, una mística enfermiza que vivió entre 1774 y 1824, ya casi ha alcanzado el estatus de culto entre los tradicionalistas católicos romanos por su libro que dio a Gibson los terribles detalles que no están presentes en los Evangelios.
El Vaticano dice que Juan Pablo II beatificará a Emmerich por su virtuosa vida, no por su famoso libro, pero la ceremonia que se celebrará el 3 de octubre dará mucha más publicidad a su relato sobre la Pasión, que algunos críticos denuncian como medieval y antisemita.
"La beatificación será casi con certeza interpretada como una aprobación de esa visión", escribió el padre John O’Malley, un historiador de la Iglesia, desaprobando el acto, en el semanario de los jesuitas estadounidenses.
El obispo Reinhard Lettmann anunció la fecha de beatificación la semana pasada en su diócesis de Muenster, al oeste de Alemania, donde vivió Emmerich. La beatificación es el último paso antes de la santidad en la Iglesia Católica Romana.
"Imágenes fantásticas"
Aunque Gibson dijo que su película era fiel a los Evangelios, claramente utilizó la obra de Emmerich "La dolorosa pasión de nuestro señor Jesucristo" para algunas de las más dramáticas imágenes.
El episodio en el que María friega la sangre de su hijo tras la sádica flagelación es puramente de Emmerich. Los Evangelios no mencionan a un demonio encapuchado que incita a los judíos para que exijan la crucifixión de Cristo o siguiéndole cuando porta la cruz.
"Imágenes fantásticas... ella me proporcionó material en el que nunca habría pensado", dijo Gibson durante una entrevista a principios de este año.
"Lo que ves en su texto es una cristiandad muy visceral", dijo Diane Apostolos-Cappadona, una profesora de arte de la Universidad de Georgetown en Washington.
"Es muy rudo y se adapta muy bien a una cultura moderna con una alto nivel de violencia", dijo a Reuters. "No es algo que quieres leer a tus hijos antes de meterlos en la cama".
Otro problema con "La dolorosa pasión" es el antisemitismo. Emmerich retrata a los judíos como crueles asesinos de Cristo, un punto de vista al que la Iglesia renunció como parte de las reformas emprendidas en el Concilio Vaticano Segundo (1926-1965).
"No se lo recomendaría a cualquiera", escribió OMalley.
El Vaticano suspendió una oferta anterior para beatificar a Emmerich en 1928 debido a preocupaciones de que Clemens Brentano, el poeta romántico alemán que escribió sus visiones, había embellecido su narración con sus propios detalles.
Sin embargo, el caso se reabrió en 1973 y fue aprobado en julio de 2003, ocho meses antes de la película de Gibson.