KUFA, Irak.— Una serie de combates se desató en la ciudad sagrada chiíta de Kufa la madrugada del lunes, causando la muerte de dos soldados norteamericanos y dañando aún más un acuerdo para poner fin a los enfrentamientos con seguidores de un religioso radical. Un encuentro del Consejo de Gobierno, instalado por Estados Unidos, ha sido pospuesto por un día, lo cual rompe con el plazo autoimpuesto para anunciar un nuevo gobierno nacional.
Los combates se iniciaron la noche del domingo en la cercana Kufa y milicianos chiítas acusaron a los norteamericanos de disparar cerca de la principal mezquita de la urbe, dañando su muro exterior.
Los cuerpos de dos combatientes leales al religioso Motqada al-Sadr estaban tendidos en el piso ensangrentado de la mezquita, cubiertos con mantas.
"Ellos no tienen respeto hacia los derechos humanos. Esta es una violación a la tregua. Nosotros estamos comprometidos, pero ellos no lo están", dijo un combatiente que se identificó solamente como Abu Sayf.
Elementos armados atacaron una patrulla con armas pequeñas, dejando un soldado muerto, y luego dispararon una granada cohete contra un tanque, matando a otro. Los combates también costaron la vida de un iraquí y dejaron ocho heridos, dijeron fuentes médicas.
En un informe desde Kufa, la cadena de televisión por cable CNN, que tiene un reportero que acompaña a la I División Blindada, informó sobre una "fuerte batalla a tiros" que se inició la noche el domingo, cuando los soldados trataron de asegurar una estación de policía. CNN citó a soldados que indicaron que fue el combate más intenso registrado en la zona durante las pasadas seis semanas.
En otro incidente, un soldado de la I División Blindada falleció el domingo y otros dos fueron heridos al explotar una bomba colocada en un camino al sur de Bagdad, indicó el ejército. Más de 800 militares han muerto desde el inicio de las operaciones en Irak.
El ataque contra el convoy de británicos en el distrito capitalino de Shoala ocurrió cerca del anochecer, mientras cuatro vehículos utilitarios avanzaban hacia el sur desde el centro de la ciudad. Hombres armados en otro automóvil abrieron fuego y causaron que tres de los vehículos atacados se estrellaran en barricadas al lado del camino.
Grupos de jóvenes iraquíes reaccionaron con júbilo cuando los equipos de rescate sacaron un cuerpo ensangrentado, con chaleco a prueba de balas, del asiento del conductor de una de las unidades. Otros se robaron los neumáticos e incendiaron los otros dos automóviles.
En Londres, una vocera de la Oficina de Relaciones Exteriores consideró como meros rumores los informes de que algunas personas de aspecto occidental fueron secuestradas por los atacantes.
