EMOLTV

Soldados chilenos atienden a haitianos de aldea desaparecida

31 de Mayo de 2004 | 12:02 | AP
MAPOU.— En los soñolientos atardeceres dominicales de este centro agrícola, el juego de dominó era la diversión principal. Los jugadores movían las fichas protegidos por la sombra de los árboles, en tanto los aldeanos se congregaban en el mercado para quejarse, entre tragos de ron, de malas cosechas y de mujeres infieles.

Ahora, el mercado está sumergido en el agua, y muchas voces han sido silenciadas. Algunos de los cadáveres flotan cerca, una semana después que letales torrentes de agua bajaron de las montañas.

Los residentes con mayores recursos, cuyas viviendas de concreto fueron financiadas por pequeños negocios o por remesas de dinero del exterior, lograron sobrevivir al desastre que mató a por lo menos 1.500 personas a lo largo de la frontera centro-sur entre Haití y la República Dominicana.

Pero los pobres que murieron serán recordados apenas como tenues imágenes de la desaparecida aldea.

"Recuerdo a la señora Roget", dijo Denis Phillipe, de 44 años, un vendedor de pan. La señora Roget era famosa por la forma en que cocinaba griot, patas de cerdo marinadas. "Pero nadie la ha visto. Muchas de las personas que vivían en casas de adobe han desaparecido".

Pese al ardiente sol de la última semana, la zona sigue sumergida en seis metros agua estancada que despide el hedor de la muerte.

En las afueras de la aldea los granjeros, desesperados por la destrucción de sus cultivos, hacen fila para obtener comida de trabajadores de grupos de rescate y de soldados de Chile, Canadá y Estados Unidos, que integran una fuerza multinacional.

"Hemos oído que el hombre que solía vendernos mangos murió", dijo Denis Jean-Baptiste, de 37 años. "No puedo recordar su nombre, pero todos conocían su rostro. Le faltaban la mayor parte de los dientes".

Antes de las inundaciones, los aldeanos se ganaban la vida cultivando menta, maíz y café. Algunos trabajaban como cortadores de caña durante la temporada de cosecha en la República Dominicana, donde se registraron más de una tercera parte de las muertes. Muchos en Mapou hablan español, el idioma oficial de la República Dominicana, así como el creole, el idioma oficial de Haití, y el francés.

Philis Milfort, de 87 años, sobrevivió a las inundaciones, pero perdió ocho familiares que lo mantenían desde que perdió una pierna hace tres años como resultado de una gangrena.

"Mi pierna se ha ido, mis animales se han ido, mi casa se ha ido y mi familia también", dijo Milfort. "Esta aldea ha sido maldecida por el desastre".

En 1998, el huracán George pasó por esta población, dejando decenas de muertos y destruyendo algunas viviendas. Varias de ellas todavía no habían sido reparadas cuando las inundaciones volvieron a castigar Mapou.