Dos hombres contrajeron matrimonio en la primera boda entre homosexuales en Francia, aclamada por los partidarios como una victoria para los derechos humanos pero rápidamente declarada por el gobierno ilegal.
Los novios, uno de ellos vestido de negro y el otro de blanco, intercambiaron los anillos, se abrazaron y se besaron al fin de la ceremonia celebrada en el ayuntamiento de Begles en el sudoeste de Francia, lo que provocó manifestaciones de apoyo por parte de hombres vestidos de mujer y una protesta por parte de conservadores.
El alcalde Noel Mamere, que está dirigiendo un asalto a los valores tradicionales de la familia, desafió al primer ministro Jean-Pierre Raffarin al casar a los dos hombres.
El ministro del Interior Dominique de Villepin anunció que el alcalde se enfrentaría a acciones legales.
"Vuestro matrimonio es el primero, y espero que se convierta en algo normal", dijo Mamere, parlamentario por el partido de los Verdes, pronunciándoles las palabras: "Unidos por los lazos del matrimonio".
Bertrand Charpentier y Stephane Chapin, que han permanecido ocultos durante el pasado mes por la controversia y la atención de los medios, dijeron que la boda era una victoria de la tolerancia.
"Si tenemos un mensaje que dar, es que nos gustamos, nos toleramos, nos amamos y perseguiremos nuestros sueños hasta el final", dijo a los periodistas Charpentier, de 31 años, después de la boda con su brazo rodeando a su compañero Chapin, de 33 años.
Mamere dijo no haber quebrantado la ley y desmintió las supuestas amenazas recibidas por parte del gobierno. Pero Villepin dijo a Mamere que podría ser suspendido de su cargo.
"Ha quebrantado la ley y ha fallado en su deber como alcalde, a pesar de la advertencia del primer ministro", dijo refiriéndose a la amenaza expuesta por Raffarin en el Parlamento que cualquier cargo oficial que presidiera un matrimonio entre homosexuales se enfrentaría a la moción de censura.