BUENOS AIRES.- Crece en el país la inquietud por la suerte corrida por un joven secuestrado hace seis días por delincuentes que pidieron un rescate, ya pagado por su familia.
Cristian Ramaro, de 23 años, hijo de un acaudalado propietario de embarcaciones fluviales en la ciudad de Tigre, al norte de esta capital, fue secuestrado por individuos armados en la mañana del 8 de junio y obligado a subir a un automóvil, según declaró una testigo.
En tanto que frente al domicilio de la familia Ramaro, cientos de personas se reunieron el lunes a la noche para expresar su solidaridad y pedir por la pronta libertad de Cristian.
Portando las velas distintivas de las marchas contra la inseguridad, y pancartas, los manifestantes se solidarizaron en silencio con el dolor de los Ramaro, que solo se interrumpió para entonar el himno argentino y rezar una plegaria.
"Quiero que mi hijo pueda jugar en las calles sin temor a que le pase algo parecido", dijo a AP Mariana Monteagudo, de 26 años, quien se definió como una ciudadana común, preocupada por la ola de inseguridad que sufre Argentina.
Se informó que en la madrugada del viernes la familia pagó los 270.000 pesos (unos 90.000 dólares) exigida por los secuestradores. Sin embargo, Cristian no fue liberado.
El diario Clarín informa el lunes que el grupo encargado de cobrar el rescate "se quedó con la plata y se 'abrió' del resto de la banda".
Los restantes delincuentes estarían ahora exigiendo más dinero, según el diario, lo que explicaría la demora en liberar a Cristian.
En un breve contacto con quienes se congregaron en su domicilio, la madre de Cristian, Hilda Ramaro, apenas alcanzó a pedir entre llantos "por favor basta. Piedad, piedad" a quienes mantienen cautivo a su hijo.
En marzo otro episodio de secuestro, del que resultó víctima el joven Axel Blumberg, que fue asesinado por sus captores, provocó una gran conmoción nacional.
Juan Carlos Blumberg, padre de la víctima, inició una campaña nacional contra la impunidad y por penas más severas para la delincuencia, que tuvo un sorprendente eco en la población. Blumberg, que logró reunir en pleno centro de la Capital a unas 130.000 personas que clamaban por justicia, también se hizo presente en la casa de los Ramaro.
"Esto es algo grave. Son minutos interminables y hay que tener fe. Lo único que pedimos es que devuelvan a Cristian", dijo a la prensa.
