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Papa pide a colombianos que rechacen cualquier tipo de violencia

El Pontífice animó a la Iglesia colombiana a promover la reconciliación que se deriva de la evangelización, "en la convicción de que iluminará a los cristianos y servirá para atajar los duros y graves males que actualmente padecen los colombianos".

17 de Junio de 2004 | 08:13 | EFE
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa denunció hoy que los conflictos armados están fomentado en Colombia una cultura de la muerte y pidió a los colombianos que rechacen "cualquier tipo de violencia" y propicien nuevas formas de convivencia basadas en la justicia, la reconciliación y el perdón.

El Pontífice animó a la Iglesia colombiana a promover la reconciliación que se deriva de la evangelización, "en la convicción de que iluminará a los cristianos y servirá para atajar los duros y graves males que actualmente padecen los colombianos".

El Obispo de Roma hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a un grupo de obispos colombianos que se encuentra en el Vaticano en visita "ad limina", que deben realizar al Papa todos los prelados del mundo cada cinco años.

Ante los obispos de las Provincias eclesiásticas de Medellín, Barranquilla, Cali, Cartagena, Manizales, Popayán y Santa Fe de Antioquia, Juan Pablo II subrayó que desde hace años los conflictos internos que padece Colombia han causado "muchas víctimas inocentes y muchos dolores a las familias y a la sociedad".

Esos conflictos, precisó el Pontífice, generan pobreza, inseguridad y merma las capacidades de desarrollo integral.

"Vosotros sois conscientes de que hay que dar prioridad a la paz y la reconciliación, contribuyendo a edificar la sociedad sobre los sólidos principios cristianos de la verdad, la justicia, el amor y la libertad y fomentando también el perdón que nace del sincero deseo de reconciliación con Dios y con los hermanos", dijo el Papa.

El anciano Pontífice pidió a la sociedad colombiana que "camine hacia la auténtica paz" y rechace "cualquier forma de violencia".

También la animó a crear nuevas formas de convivencia basadas en la justicia, la reconciliación y el perdón, fomentando los lazos de unidad, fraternidad y respeto de cada uno.

Dirigiéndose a los prelados, encabezados por el arzobispo de Medellín, Alberto Giraldillo Jaramillo, el Papa les pidió que nunca duden en poner todo el celo y empeño en promover la reconciliación, "con la íntima convicción de que iluminará la acción de los laicos cristianos y podrá ser remedio eficaz y permanente para los duros y graves males que actualmente padecen muchos ciudadanos de Colombia".

Juan Pablo II recordó a los miembros de la Iglesia Colombiana asesinados en esos conflictos, entre ellos Isaías Duarte Cancino, Arzobispo de Cali, en marzo de 2002, y denunció que la penosa situación creada ha llevado a muchos colombianos a vivir en la pobreza.

El Papa denunció que los conflictos armados están fomentado una cultura de la muerte y violencia en lugar de una cultura de la vida y la solidaridad.

Papa Wojtyla también tuvo palabras de conforto para los secuestrados en Colombia y para sus familiares y para los pobres y necesitados, "que han de ser siempre objeto de vuestros desvelos y atenciones".

Juan Pablo II pidió a los obispos que promuevan y defiendan "con firmeza" la familia, "tan atacada desde diferentes frentes con múltiples y sutiles argumentos.

El pontífice reiteró su defensa de la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer y pidió a los colombianos que descubran los valores del matrimonio cristiano, que sean fieles al compromiso adquirido y que engendren hijos con paternidad responsable.

Juan Pablo II destacó con alegría el aumento de vocaciones sacerdotales en Colombia, precisando que es la expresión de la vitalidad de esa iglesia, que incluso está enviando misioneros a otras partes del mundo.

El Papa también señaló que Colombia es tierra de santidad y muestra de ello es que recientemente ha proclamado beata a la religiosa Laura Montoya, "venerada como la madre de los indígenas" y en el año 2000 al sacerdote Mariano Euse.

El Pontífice invocó la intercesión de la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia, e insistió en la necesidad de que todos los colombianos sean constructores de una sociedad renovada.