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Indignación mundial por asesinato de rehén surcoreano en Irak

El presidente surcoreano, Roh Moo Hyun, condenó el asesinato en un discurso televisado hoy y lo llamó "acto contra la humanidad".

23 de Junio de 2004 | 13:29 | Dpa
SEUl/NUEVA YORK.- La decapitación de un rehén surcoreano por parte de extremistas en Irak desató hoy una ola de shock e indignación en todo el mundo, así como intensas críticas de ciudadanos surcoreanos al gobierno de Seúl que cuestionaron el despliegue de tropas nacionales en el país del Golfo.

El presidente surcoreano, Roh Moo Hyun, condenó el asesinato en un discurso televisado hoy y lo llamó "acto contra la humanidad".

Roh insistió en que el despliegue de soldados "no es una acción hostil hacia Irak u otros países árabes" sino que tiene por objetivo la reconstrucción del país. "No debemos permitir que el terrorismo logre su objetivo", añadió, para anunciar a continuación que su gobierno no modificará sus planes de enviar 3.000 soldados más a partir de agosto para sumarse a los 650 que ya están allí.

A la par, manifestó sus condolencias a la familia del fallecido, el traductor de 33 años Kim Sun Il.

En un comunicado emitido desde la sede en Nueva York de Naciones Unidas, el secretario general de la organización, Kofi Annan, calificó la decapitación de Kim de un "crimen despiadado que no justifica ninguna causa política o de otro tipo".

Además, reclamó la liberación de todos los secuestrados en Irak.

El secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, había calificado el asesinato del surcoreano de "la obra de malvados terroristas", mientras que su colega alemán, Joschka Fischer, lo calificó de un "siniestro y repugnante crimen".

También Japón y Filipinas condenaron el hecho, que calificaron de injustificable.

El cadáver de Kim fue hallado en la tarde (local) del martes por soldados estadounidenses a unso 35 kilómetros de Bagdad. La organización extremista Al Tawhid wa al Yihad, que en mayo decapitó al rehén estadounidense Nick Berg, se había atribuido el secuestro del surcoreano. Seúl había rechazado la demanda de los extremistas, que exigían que Corea del Sur no enviara más tropas a Irak a cambio de la liberación de Kim.

Los surcoreanos están sorprendidos por la muerte del rehén debido a que el martes una delegación de diputados dijo ser optimista acerca de su liberación gracias a las negociaciones.

La madre de Kim, Shin Young-ja, sufrió un shock al enterarse de la noticia y tuvo que ser llevada al hospital, informa la agencia Yonhap.

"¡Cómo puede estar muerto, si apenas ayer el gobierno dijo que estaba bien!", gritó su padre, Kim Jong-kyu. La familia, de la que se vieron imágenes por televisión desde la ciudad de Busan, asegura que se siente traicionada por el gobierno.

En base a declaraciones de Kim Chun-ho, presidente de la empresa Gana General Trading Co., en la que trabajaba Kim, la agencia Yonhap informa hoy de que el joven traductor fue dado por desaparecido el 31 de mayo. El empresario aseguró que él mismo se involucró personalmente en las negociaciones por su liberación. Un portavoz del Ministerio del Exterior surcoreano dijo que se están comprobando esas afirmaciones.

En Corea del Sur se da por descontado que el asesinato profundizará aún más la división entre los conservadores, decididos a enviar más tropas a Irak, y los liberales, que se oponen.

Unos 50 legisladores, tanto de la oposición como del propio partido gubernamental, presentaron una resolución en la Asamblea Nacional en la que se pide al gobierno que se replantee sus planes de enviar más soldados a Irak.

El martes, miles de personas salieron a las calles para protestar por el envío de más tropas.

El embajador surcoreano en Bagdad llamó entre tanto a todos sus connacionales a abandonar Irak.

Por su parte, el portavoz del gobierno de Japón, Hiroyuki Hosoda, expresó hoy la condena de su país. "No podemos aceptar esta serie de actos crueles que convierte en víctimas a gente inocente", dijo en una conferencia de prensa en Tokio.

La ministra del Exterior japonesa, Yoriko Kawaguchi, envió un mensaje a su contraparte surcoreano, Ban Ki Moon, para expresar sus condolencias.

Cinco japoneses fueron secuestrados en abril pasado por extremistas iraquíes que reclamaban, al igual que en el caso del surcoreano, la retirada de las tropas de su país para no matarlos. Finalmente fueron liberados.

Sin embargo, dos periodistas "freelance" nipones, Shinsuke Hashida, de 61 años, y Kotaro Ogawa, de 33 años, fueron asesinados en Irak en mayo.

También Filipinas condenó la muerte del rehén y reiteró que los ciudadanos de su país deben salir de Irak si se sienten amenazados. "Condenamos toda forma de derramamiento de sangre", dijo el viceportavoz presidencial Ricardo Saludo, que añadió que su gobierno está "preocupado" por los filipinos que se encuentran en el país del Golfo.

Unos 4.000 ciudadanos de esta nacionalidad trabajan en Irak en varias compañías extranjeras y al menos cuatro han muerto ya en diversos ataques.
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