
Los marinos británicos custodiados por un funcionario iraní.
TEHERAN.- Ocho miembros de la Real Marina británica fueron liberados el jueves después de pasar tres noches detenidos por la Guardia Revolucionaria de Irán, lo que puso fin a una disputa diplomática que amenazó con enardecer la tensión ya existente por la presencia británica en Irak.
Los diplomáticos británicos tomaron bajo custodia a los ocho integrantes del personal naval y volaron con ellos a Teherán desde el área del Golfo Pérsico donde estuvieron detenidos desde el lunes después de ingresar en aguas territoriales iraníes.
Las relaciones diplomáticas ya se habían deteriorado por la presión británica sobre el programa atómico de Irán. Sin embargo el secretario de Relaciones Exteriores británico, Jack Straw, insistió el jueves que todavía respalda la idea de llegar a un compromiso con Irán, a pesar de los arrestos.
"No tengo ninguna duda de que nuestra política de compromisos con el gobierno de Irán (...) es la mejor aproximación", dijo Straw en Londres, poco después que los ocho prisioneros fueron liberados.
Los diplomáticos mantuvieron negociaciones durante la noche del miércoles para establecer los términos de la devolución del equipo de los ocho hombres, una cuestión que el jueves seguía sin resolverse.
Los ocho marinos estuvieron detenidos en la calurosa provincia de Khuzestán, en el sector rico en petróleo del suroeste del país, después de que fueran capturados en el canal Shatt al-Arab, que separa a Irán de Irak.
Los diplomáticos británicos visitaron a los detenidos el miércoles y dijeron que los iraníes los habían tratado bien.
Conciliación
Straw, en comentarios a los periodistas afuera de la oficina del Primer Ministro Tony Blair en Downing Street, se mostró deliberadamente conciliador y evitó realizar comentarios sobre las imágenes de televisión de los marinos detenidos, que habían enfurecido a mucha gente en Gran Bretaña.
Las imágenes mostraron a los ocho con los ojos vendados, caminando en fila durante su detención.
"Obviamente me siento muy satisfecho como sé que deben sentirse sus familiares y colegas del servicio", dijo Straw ante el inminente regreso. "Quiero expresar mi agradecimiento a mi colega en Irán, el ministro de Relaciones Exteriores Kamal Kharrazi, por su colaboración", agregó.
Straw dijo que los ocho concurrirán a la embajada británica antes de abandonar Irán, en un horario que no se había especificado.
Irán, que se ha opuesto fuertemente a la invasión de Irak liderada por Estados Unidos, en el pasado supo hacer la vista gorda a los barcos y aviones extranjeros que pasaban por su frontera occidental.
Los periódicos de línea dura en Irán no se mostraron entusiasmados ante la posibilidad de una temprana liberación. "¿Cuál es el apuro por liberar a los espías británicos?", preguntó Jomhuri-ye Eslami, argumentando que los hombres contaban con equipo de espionaje.