BAGDAD.- Un iraquí deseó para Saddam Hussein lo mejor del mundo y otro pidió para él una condena similar a la que presuntamente habría aplicado él mismo a cientos de millares de iraquíes.
Es la opinión de los ciudadanos iraquíes mientras el ex dictador era llevado este jueves ante un tribunal para escuchar cargos que oscilaban desde el genocidio hasta crímenes de lesa humanidad, iniciando así un largo proceso judicial.
"Ante todas las fosas comunes que hemos visto en Irak, pienso que Saddam merece la pena de muerte", dijo Sawsam Jamal, una residente curda de Kirkuk, la región iraquí donde el ex gobernante presuntamente autorizó el asesinato de millares de personas. "Saddam debe ser eliminado lo más pronto posible de manera que el pueblo iraquí pueda despertar de esta pesadilla", agregó.
En la ciudad central de Ramadi, una zona sunita donde Saddam ha tenido mucho respaldo, el residente Odai Faleh expresó que Saddam sólo castigaba a quienes lo merecían.
"Por lo menos Saddam nos brindaba seguridad", dijo. "Los estadounidenses no nos han traído nada bueno".
Bajo el régimen de Saddam, la seguridad estaba virtualmente garantizada, aunque sólo fuera por el temor que suscitaba el aparato represivo del gobierno.
El miércoles, el nuevo gobierno interino de Irak asumió la jurisdicción sobre Saddam. La medida ocasionó un cambio en el status de Saddam y sus once asistentes, que pasaron de prisioneros de guerra a acusados de delitos penales.
Los procesos son los primeros pasos en un proceso legal que hace responsables a Saddam y sus asociados del cruento gobierno que comenzó cuando el ex gobernante asumió la presidencia de Irak en 1979 y terminó con la guerra encabezada el año pasado por Estados Unidos. Durante parte de ese tiempo, el régimen de Saddam contaba con el respaldo de gobiernos estadounidenses.
Los juicios, que probablemente no comenzarán antes del 2005, podrían tardar meses e incluso años, y podrían profundizar la brecha que separa a los distintos grupos iraquíes - curdos, chiítas y sunitas- a medida que el país lucha por recuperarse de los conflictos y la tiranía.