LES COMBES, Italia.- El Papa Juan Pablo II arribó hoy a Les Combes, un pequeño poblado en los Alpes italianos, para descansar unos días antes de regresar a la rutina.
Les Combes, una postal con sus valles verdes, profundos desfiladeros, arroyos de aguas cristalinas y distares iglesias con campanarios en aguja, se convertirá en una sucursal del Vaticano en los próximos 13 días.
Decenas de policías uniformados y de civil fueron trasladados a la zona para asegurar que el Papa no sea perturbado. El pontífice, que llegó el lunes por la mañana, sólo hará una aparición el domingo, con una oración pública y una bendición.
La población normal de Les Combes es de cinco personas en invierno y de 25 en verano.
"Este es un sitio pequeño y creo que es por eso que al Papa le gusta regresar aquí", dijo Osvaldo Naudin, alcalde de Introd, la municipalidad -de 560 personas- que incluye a Les Combes y a otros once poblados cerca de la frontera con Francia.
Antes de que el Papa comenzara a viajar a Les Combes en 1989, las personas más importantes que habían pasado por la región del Valle de Aosta habían sido los reyes de Italia, cuando se dirigían al coto de caza de la familia Saboya.
El estado físico del Pontífice, un ávido escalador durante la juventud en su Polonia natal, ahora es sólo una sombra de lo que era.
El Papa tiene previsto partir de su casa en Les Combes todas las mañanas hacia distintos sitios secretos, donde sus asistentes le armarán una carpa para que pueda leer, meditar y conversar sobre diferentes temas, como la teología y la poesía.
Sus asesores dicen que esperan que el descanso en la montaña lo ayude a fortalecerse en anticipación a su regreso a Roma el 17 de julio y previo a un viaje de dos días a la ciudad francesa de Lourdes, el 15 y 15 de agosto. Allí, millones de personas irán a ver a Juan Pablo II.
