NUEVA YORK.- El multimillonario estadounidense Laurance Rockefeller, nieto del legendario industrial John. D Rockefeller, murió el domingo en su casa de Nueva York a los 94 años a causa de una fibrosis pulmonar, informó hoy el diario "The New York Times" citando a un portavoz de la familia.
El financiero y filántropo dedicó parte de su enorme fortuna a la protección del medio ambiente y la investigación médica.
Laurance Rockefeller, quien estudió filosofía, se estrenó como inversionista en Wall Street a finales de la década de los 30.
El tercero de los cinco nietos de Rockefeller asumió el puesto de su abuelo en la bolsa y ayudó a pequeñas empresas de aviación y electrónica y luego de computación y biotecnología a disponer del capital inicial necesario.
Con su fortuna adquirió tierras para ampliar parques naturales en los estados de Wyoming, California, Vermont, Maine y Hawai. Además, se ocupó de que la pequeña isla caribeña de St. John fuera puesta bajo protección en un 75 por ciento.
Debido a los muchos complejos hoteleros que poseía en regiones de paisajes especialmente impresionantes es considerado uno de los pioneros del ecoturismo.
Laurance Rockefeller creía en la fuerza de la naturaleza para regenerarse. A pesar de que creció en la que entonces era la familia más rica de Estados Unidos, vivía de forma sencilla y escribió, entre otras publicaciones en el "Reader’s Digest", que una vida cotidiana modesta trae más satisfacción que la búsqueda de bienes materiales.
A pesar de su debilitado estado de salud, siguió trabajando hasta el final en su oficina del Rockefeller Center y bromeaba la semana pasada con que ya era hora de reducir su trabajo a uno de media jornada.
