JOHANNESBURGO.- Mientras Nelson Mandela celebraba su cumpleaños 86 con familiares y amigos íntimos, a salvo de la curiosidad de los medios, en Sudáfrica se realizaron numerosos homenajes en tributo al hombre acreditado como la persona que salvó a Sudáfrica de la guerra racial.
Entre aquellos que le desearon bonanza estaba su antiguo enemigo Mangosuthu Buthelezi, cuya organización opositora, Inkatha Freedom Party, mantuvo una feroz guerra territorial con el Congreso Nacional Africano de Mandela que causó la muerte de al menos 20.000 personas en los años que condujeron a las primeras elecciones sin diferencia entre razas en 1994, en las que Mandela fue elegido presidente.
"Por su pródigo trabajo y dedicación Madiba ha llegado a tocar el corazón y el alma de millones de personas en todo el globo", dijo Buthelezi en una felicitación pública a Mandela, conocido afectuosamente por su nombre de clan, Madiba.
El Nuevo Partido Nacional, que surgió de las cenizas del Partido Nacional que construyó el sistema de segregación racial y explotación (apartheid), alabó el ejemplo que Mandela ha dado a los sudafricanos.
"El país está endeudado con el ex presidente Mandela por los desinteresados servicios que continúa dando a la nación, y en especial, a aquellos necesitados. El señor Mandela nunca tiene un pensamiento para él, siempre es para los otros", dijo un comunicado del Nuevo Partido Nacional. Los miembros del original Partido Nacional encarcelaron a Mandela durante 27 años.
Tras su puesta en libertad, Mandela reunificó Sudáfrica como el primer presidente negro e impidió una guerra racial que muchos habían previsto tras el fin de la hegemonía blanca en 1994.
Uno de los centros comerciales más elegantes de Johannesburgo bautizado como Plaza Nelson Mandela, organizó una fiesta de cumpleaños para el padre de la nación, pidiendo a los niños del país que enviaran tarjetas de cumpleaños individuales al hombre galardonado con el Premio Nobel de la Paz.
Un periódico dominical invitó a los que quisieran felicitarle a enviar mensajes mediante sus teléfonos móviles.
El propio Mandela iba a pasar el día en una fiesta privada con amigos íntimos y familiares en su casa en Qunu, en la empobrecida provincia de Eastern Cape.
Mandela dijo en junio que se retiraba de la vida pública pero se convirtió en el centro de atención la pasada semana en la mayor conferencia del mundo sobre el sida celebrada en Bangkok, Tailandia. El sida afecta a más personas en Sudáfrica que en ningún otro país y se ha convertido en el tema principal de la campaña personal de Mandela.
En el periódico sudafricano Sunday Independent, la asistente personal de Mandela, una blanca que habla el afrikáans, Zelda le Grange, escribió un tributo a su jefe y deseó que ahora pudiese pasar un tiempo con su mujer Graca Machel y su familia.
"Puede que te hagas tan viejo como las más viejas montañas. Gracias por ser una inspiración para todos nosotros", escribió le Grange.
