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Masiva votación de bolivianos en referendo del gas

Unos 4,5 millones de los 8,3 millones de bolivianos están habilitados para acudir a las urnas y decidir sobre el uso y aprovechamiento del gas, un recurso llamado a cambiar la estructura económica de su país.

18 de Julio de 2004 | 16:49 | Reuters

Los bolivianos no oyeron los llamados al boicot.
LA PAZ.- Los bolivianos acudieron el domingo masivamente a las urnas para votar con normalidad en un referendo, el primero en la historia constitucional de su país, para definir el futuro del gas, su principal riqueza natural.

"Se abre una nueva página en la historia democrática con participación popular", dijo el presidente Carlos Mesa durante una breve ceremonia que abrió oficialmente la votación.

Unos 4,5 millones de los 8,3 millones de bolivianos están habilitados para acudir a las urnas y decidir sobre el uso y aprovechamiento del gas, un recurso llamado a cambiar la estructura económica de su país.

"Hagamos oír nuestra voz, participemos en el referéndum", llamó, a su vez, el presidente de la Corte Nacional Electoral, Oscar Hassenteufel, durante el acto en la sede de ese máximo órgano.

En El Alto, la ciudad más pobre de Bolivia vecina a La Paz, un manto de nieve enmarcaba una gélida mañana en que la emisión del voto comenzó lentamente y luego se intensificó en el tercer día de un pa el referendo.
"Será una fiesta de la abstención", declaró a la prensa el dirigente obrero de El Alto, Roberto de la Cruz, considerado por el gobierno como uno de los líderes "radicales" comprometidos en un anunciado boicot antidemocrático contra la consulta.

Dos horas después, sin embargo, De la Cruz fue abucheado con gritos de "fuera" por votantes que aguardaban su turno de sufragio en un colegio de El Alto, donde intentó convencer a los ciudadanos que anularan su papeleta con la palabra "nacionalización".

Cerca del dirigente obgrero, entre la multitud de votantes, congregada en el Colegio Adrián Castillo, el anciano indígena Marcos Zentellas, de 63 años, recorría las mesas con un consejo a gritos: "el gas es de los bolivianos, hay que votar".

"Las comunidades (indígenas) van a quemar ánforas", afirmó temprano a cadenas radiales, en tanto, desde un poblado del altiplano andino, el jefe campesino izquierdista Felipe Quispe.

"No vamos a dejar que continúen saqueando nuestros recursos naturales", agregó Quispe, un ex guerrillero y ex diputado de disminuido liderazgo entre las bases indígenas de la meseta interandina.

Al promediar la jornada, ningún informe oficial sobre la quema de urnas u otras agresiones en recintos electorales fue divulgado por autoridades electorales o policiales.

Salvo en Senkata, a unos 10 kilómetros de El Alto, donde un grupo de unos 50 exaltados irrumpió en un colegio para impedir por la fuerza la votación, pero fue repelido por los propios ciudadanos que defendieron, con palos y a gritos, su derecho a participar en el referendo, dijeron testigos.

"Sacaron a patadas a los boicoteadores", relató un periodista de la cadena radial Fides, de la Iglesia Católica.

El grupo, en su mayoría enmascarado, se trasladó luego a la carretera que atraviesa el poblado y la bloqueó con piedras, justamente en el momento en que llegaba al lugar una pequeña caravana de vehículos escoltando al jefe de la misión de observadores enviada por la OEA al referendo boliviano, Moisés Benamor.

Los vehículos maniobraron para regresar hacia El Alto, sin ser atacados, y Benamor declaró posteriormente a emisoras radiales que el incidente en Senkata era "muy aislado" y no afectó la evolución de la jornada, que describió como "normal", al transcurrir "en un ambiente tranquilo y participativo".

Uno de los bloqueadores en Senkata, con el rostro cubierto con un pasamontañas negro y blandiendo un palo, dijo a un corresponsal de Reuters: "éste es un referendo para agradar a los imperialistas".

La explosión de un cartucho de dinamita en Achacachi, una población a 120 kilómetros al noreste de La Paz, considerada bastión político de Quispe pero actualmente bajo control de campesinos disidentes, estremeció sin consecuencias a su principal plaza, antes de abrirse las mesas electorales, dijeron informes periodísticos.

"El voto es una demostración de que la paz le gana a la violencia", insistió el presidente Mesa al abrir el sufragio.

Más tarde, tras depositar su voto en un colegio de una zona residencial del sur de La Paz, un radiante Mesa dijo a los periodistas: "espero un 5 a 0 a favor del futuro de Bolivia".

El referendo convocado en abril por Mesa incluyó cinco preguntas en la papeleta del voto que buscan el apoyo del pueblo a las exportaciones de gas.

También pretenden fortalecer al Estado boliviano en su relación con las empresas petroleras extranjeras, que operan en el país desde 1996, y aumentar sus obligaciones impositivas desde un actual 18 a 50 por ciento.

Los sectores sindicales y campesinos opuestos al referendo exigen la "nacionalización" de los hidrocaburos y la expulsión de las multinacionales, pero el boicot anunciado por sus líderes enfrentó el domingo un auténtico reto con la masiva asistencia de los votantes.

"Ya es hora que estos vagos se den cuenta que la gente no los acepta", dijo a Reuters Luisa Solares, una comerciante de un barrio de clase media, al momento de votar.

El mandatario visitó dos unidades escolares en El Alto, donde transcurría la votación, antes de viajar al central departamento de Cochabamba, donde también comprobó una tranquila evolución de la consulta.

Los electores emitían el voto con tranquilidad en el resto del país, aunque condiciones climatológicas adversas afectaron al sufragio con intensas lluvias en algunas regiones, como el departamento oriental de Santa Cruz, el de mayor peso económico del país.