DUBAI.- Irak está listo para tomar represalias contra los países a los que acusa de apoyar la violencia dentro de sus fronteras, advirtió el martes el ministro de Defensa iraquí.
Hazim al-Shaalan no mencionó a ningún país en particular pero acusó a su viejo enemigo Irán de “interferencia flagrante”. Irak también se quejó en el pasado de los combatientes guerrilleros que ingresaban al país por Siria.
“Estamos preparados para mover a esos países el escenario de los ataques contra el honor y los derechos de Irak”, dijo al-Shaalan, según publicó el periódico árabe Asharq al-Awsat que se edita en Londres.
“Hemos hablado con ellos (los países) y confrontamos hechos y evidencia, pero ninguno tomó acciones para detener el apoyo al terrorismo”, dijo el ministro iraquí.
Irak ha sufrido una ola de bombas y violencia que dejaron cientos de muertos, incluidos altos funcionarios iraquíes. El gobierno iraquí responsabiliza por los ataques a los remanentes del gobierno de Saddam Hussein como así también a los radicales islámicos que han ingresado por países vecinos.
“Ellos (los iraníes) confesaron la presencia de sus espías en Irak, que tienen la misión de agitar la situación política y social”, dijo el ministro de defensa.
“La intromisión de Irán ha sido enorme y sin precedentes desde el establecimiento del estado iraquí”, agregó al-Shaalan.
Washington también ha acusado a Teherán de querer desestabilizar la situación y ganar influencia en Irak, donde, al igual que en Irán, predominan los chiítas musulmanes. Teherán niega cualquier interferencia en los asuntos de Irak.
El derrocado líder de Irak, Saddam Hussein, protagonizó una larga guerra contra Irán entre 1980 y 1988, en la que cientos de miles de personas murieron en ambos bandos.
El primer ministro de Irak Iyad Allawi -de gira por las naciones árabes que rodean a Irak- obtuvo el apoyo de Jordania en su campaña para aplastar a los insurgentes.
Siria acordó a principios de mes ayudar a sellar su larga frontera del desierto con Irak y detener a los insurgentes extranjeros que se infiltran a Irak para luchar contra las fuerzas de Estados Unidos y las autoridades respaldadas por los estadounidenses.