BAGDAD.- Unidades de Infantería de Marina de EE.UU. mataron a 25 insurgentes iraquíes durante una batalla librada en la conflictiva ciudad de Ramadi, a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, informó hoy el mando militar en Irak.
En la operación resultaron heridos 14 marines estadounidenses -ninguno de ellos grave- y fueron capturados 25 insurgentes más, explicó un portavoz en Bagdad.
Según un comunicado oficial divulgado hoy, la batalla comenzó el miércoles sobre las 15:00 horas local (11:00 GMT), cuando una bomba de fabricación casera explotó al paso de un convoy militar estadounidense en una zona agrícola cercana a Ramadi.
Un grupo de entre siete y diez hombres armados con lanzagranadas y fusiles de asalto atacó entonces al tanque clase Bradley que había quedado inmovilizado en la carretera, explicó un portavoz de la I División de Marines, que opera en la zona.
Los soldados estadounidenses repelieron el fuego enemigo y pidieron auxilio por radio a los helicópteros artillados, que entraron en combate, añadió la fuente.
“La escaramuza inicial se hizo más intensa, y durante horas los marines debieron hacer frente a una fuerza de entre 70 y 100 insurgentes”, diecisiete de los cuales resultaron heridos y 25 arrestados, señala el comunicado.
La nota subraya, además, que los soldados de Infantería de EE.UU. lograron desactivar otros dos explosivos de fabricación casera colocados por los rebeldes.
“La ciudad está ahora desierta. Apenas hay comercios abiertos y solo se ven soldados de patrulla”, explicó a EFE por teléfono uno de los vecinos de Ramadi.
Ramadi se encuentra en el corazón de la conflictiva provincia de Al-Anbar, muy cerca de la también levantisca ciudad de Faluya, corazón de la insurgencia iraquí.
Las tropas estadounidenses y el Gobierno interino iraquí creen que en la referida provincia, entre Faluya y Ramadi, actúa el grupo del islamista radical jordano Abu Musab al-Zarqawi, considerado la principal amenaza terrorista en Irak.
El comunicado norteamericano aclara las fragmentarias noticias que procedían el miércoles de Ramadi, cuando incluso se dijo que los insurgentes habían derribado un helicóptero estadounidense y matado a sus tres ocupantes.
El mando militar estadounidense negó hoy el supuesto derribo, mientras que la Policía iraquí confirmó que tres miembros de una misma familia murieron en Ramadi al explotar el vehículo en el que se desplazaban, pero no reveló si el incidente estaba vinculado con la batalla.
Esta mañana, la violencia se trasladó al centro de Bagdad, donde soldados estadounidenses y agentes de la Policía iraquí se enfrentaron a grupos hostiles.
Fuentes policiales indicaron que al menos dos personas resultaron heridas, una de ellas un agente iraquí.
La escaramuza estalló en la calle Haifa, cerca de la amurallada “zona verde”, donde ya el pasado 7 de julio tiroteos similares causaron la muerte a cuatro personas y dejaron cerca de una veintena de heridos.
Horas antes, patrullas conjuntas de militares estadounidenses y policías iraquíes habían lanzado una redada en busca de insurgentes en esta conflictiva zona de la capital, desde donde en ocasiones se ataca la vecina “zona verde”, recinto que acoge las embajadas de EE.UU. y el Reino Unido, y sedes del nuevo Gobierno interino.
La operación causó un enorme caos circulatorio en la capital, ya que unidades de la policía cortaron todos los puentes sobre el río Tigris y dejaron incomunicadas las dos partes de Bagdad.
Más al norte, en la ciudad petrolera de Kirkuk, un coronel de la Policía iraquí murió y tres resultaron heridos en una ataque con lanzagranadas contra un puesto de control.
El oficial fue trasladado en “estado muy grave” a un hospital de la ciudad, explicaron fuentes policiales.
También en Kirkuk, anoche se produjo un nuevo brote de violencia étnica con el intento de asesinato del funcionario turcomano Aslan Mohamed Rashin, quien sufrió heridas “de pronóstico reservado”.
Rashin, que trabajaba como asesor cultural del nuevo Gobierno, fue abordado y tiroteado por un grupo de desconocidos cuando de noche salía en automóvil de su casa, añadieron las fuentes.
Desde la caída del anterior régimen, Kirkuk, a unos 250 kilómetros al noreste de Bagdad, ha sido escenario de violentos enfrentamientos entre la mayoría kurda y turcomana y los grupos árabes que introdujo el depuesto presidente Saddam Hussein para arabizar esta ciudad, capital del petróleo iraquí.