LIMA.- El presidente Alejandro Toledo remontó posiciones en los niveles de popularidad entre los peruanos, beneficiado, entre otras razones, por recientes decisiones en materia energética, de acuerdo a una encuesta difundida hoy.
El último sondeo de la Universidad de Lima indica que Toledo, que cumplió a fines de julio tres años en el poder, subió del 8,1 al 15,2 por ciento en su nivel de popularidad, tras un largo período en el que esa cifra no superaba los dos dígitos.
La encuesta fue realizada por la Universidad de Lima el pasado fin de semana, con una muestra de 522 personas. El sondeo buscaba tomar el pulso tras los recientes acuerdos firmados por Toledo en materia energética con el presidente de Bolivia, Carlos Mesa, y la inauguración del yacimiento de gas de Camisea, en Cuzco.
’’En el crecimiento de Toledo confluyen principalmente la puesta en marcha de Camisea, que disminuirá los gastos en energía, y la decisión de Bolivia de sacar el gas (boliviano) por un puerto peruano, ganando así a Chile, que era el otro competidor, dijo a EFE el director del grupo de opinión pública de la Universidad, Luis Benavente.
El yacimiento de Camisea permitirá a Perú aumentar en dos puntos porcentuales su Producto Interno Bruto en los próximos 40 años.
Toledo pidió hoy a los peruanos que usen la energía generada a con el gas de Camisea, porque ayudarán a reducir los gastos energéticos.
Señaló que la sustitución de combustible por gas natural permitirá a la industria un ahorro de 500 millones de dólares anuales, propiciando así una mayor capacidad exportadora y beneficiando a las empresas especializadas.
Además del tema energético, Benavente dijo que ’’hubo una cascada hacia arriba’’ sobre la imagen de Toledo a partir del paro nacional convocado a mediados de julio, que no tuvo el éxito esperado por la oposición.
Asimismo, Toledo se vio beneficiado al anunciar que estaba dispuesto a levantar su secreto bancario para que se investigaran denuncias sobre presuntos hechos de corrupción hechas por sus críticos.
Benavente también citó la decisión del gobierno de Lima de ’’llevar las discrepancias con Chile en el tema de la delimitación marítima a un tribunal internacional y no confrontarse de manera bilateral’’.