PARÍS.- La visita del Papa Juan Pablo II a Lourdes el pasado fin de semana dejó al santuario católico romano con un déficit de 1,5 millones de dólares, porque los peregrinos que deseaban coger buenos sitios para la misa del Pontífice pasaron sin detenerse a hacer donativos.
Los organizadores habían esperado largas colas fuera del santuario mientras los peregrinos pasaban por los controles de seguridad, pero no se produjeron atascos en ningún momento, dijo hoy el obispo de Lourdes, Jacques Perrier, a la radio Europe 1.
"Las cifras son malas", dijo. "Pensamos que todo iría muy despacio, como en los controles de seguridad de los aeropuertos, y que contábamos con el tiempo suficiente para explicar a la gente que debían hacer algún aporte".
"Pero no hubo tiempos de espera y la gente pasó lo más rápido posible para coger un buen asiento".
Los peregrinos donaron sólo 230.000 dólares durante la misa, la cantidad más elevada en la visita de dos días del Papa al santuario, donde el Juan Pablo II dio ánimos a los peregrinos durante su sermón que leyó con gran esfuerzo debido a la enfermedad del Parkinson que padece.
Perrier dijo que estaba seguro de que los católicos que se enterasen de los problemas financieros del santuario contribuirían a cubrir el déficit presupuestario de 1,8 millones de dólares dejado por la visita.
"Muchas personas se conmovieron por este acontecimiento, tanto los presentes como los que lo siguieron por televisión, así que estoy seguro de que la gente será generosa", dijo. "Lourdes no cerrará".
Perrier dijo que el diario católico La Croix había informado que a la misa asistieron una 220.00 personas, una cifra inferior a las 300.000 que los organizadores habían previsto.