BAGDAD.- La policía iraquí aseguró que había detenido a cientos de milicianos chiítas cuando sus efectivos penetraron el viernes en la mezquita del Imán Alí en Najaf, pero la información fue desmentida por un miembro de alto rango de la milicia del clérigo rebelde Moqtada al-Sadr.
El ejército estadounidense dijo que no podía confirmar los reportes de la policía iraquí.
Según funcionarios iraquíes, en la toma de la mezquita no se pudo encontrar a Al-Sadr.
Sin embargo, un miembro del grupo de Sadr dijo que los informes de que la policía iraquí controlaba la mezquita eran falsos.
"La mezquita está bajo el control del Ejército Mehdi. El Ejército Mehdi resistirá cualquier intento de la policía iraquí de apoderarse de la mezquita", dijo el jeque Ahmad al-Sheibani, comandante de la milicia Mehdi de Sadr.
"Estamos realizando gestiones para entregar el control de la mezquita al Ayatola Alí al-Sistani", agregó, refiriéndose al clérigo más influyente en Irak.
Una fuente del gobierno había dicho previamente que el número de combatientes en la mezquita era de 400 efectivos, pero un portavoz del Ministerio del Interior manifestó que la policía había hallado a 500 hombres con armas ligeras en dicha mezquita y que estaban listos para rendirse.
"Hay 500. Los escoltarán fuera de la mezquita y la policía los ayudará en todo lo que pueda. Podrían estar protegidos por la amnistía", dijo Sabah Kadhim, portavoz del ministro del Interior, a la cadena de televisión CNN en una entrevista en vivo.
Pero Kadhim añadió que Sadr podría haber escapado a la operación liderada por el ejército de Estados Unidos.
"Es posible que haya escapado durante la noche", expresó y luego instó al clérigo a entregarse. "Lo exhortamos a que se entregue, tal vez esté protegido por la amnistía", explicó.
A la pregunta de si los combatientes que se rindieron en la mezquita podrán optar por protección bajo una amnistía, Kadhim contestó: "Trataremos de lidiar con cualquier joven descarriado".
El clérigo radical Moqtada al-Sadr y su milicia, el Ejército Mehdi, han encabezado una rebelión de dos semanas Najaf, en la que han muerto cientos de personas. La insurrección también impulsó el alza de los precios del petróleo.
