ROMA.- Una delegación vaticana encabezada por el cardenal Walter Kasper entregó hoy oficialmente a la Iglesia ortodoxa rusa el ícono sagrado de la Virgen de Kazán, venerada desde hace siglos en Rusia, como gesto de acercamiento entre ambas iglesias.
El ícono era hace años eje de complejas tratativas entre la Iglesia de Roma y el patriarcado de Moscú por su restitución, que ahora se resolvió por decisión del papa Juan Pablo II y por la mediación de los representantes vaticanos.
En una carta dirigida al patriarca Alejo II, el Papa confió a la Virgen de Kazán el cuidado del pueblo ruso y de "toda la humanidad", y auspició que la "imagen venerada pueda guiar en el camino evangélico al lado de Cristo".
En la misiva, Juan Pablo II recordó el largo período de pruebas y sufrimientos que se abatieron sobre la Iglesia rusa, pero resaltó que en los últimos tiempos "el pueblo y la Iglesia en Rusia han recobrado la libertad".
"A pesar de las divisiones que aún persisten entre los cristianos, este sagrado ícono aparece como uno de los símbolos de la unidad de los discípulos de Dios", añadió el Papa.
El jueves, el Papa, en otro gesto de acercamiento, envió al nuncio de Moscú, monseñor Antonio Mennini, un telegrama de pésame por los ataques aéreos que tuvieron lugar el martes pasado en cielo ruso.
Por su parte, el patriarca ruso Alejo II agradeció hoy la restitución a la Iglesia ortodoxa del ícono de la Virgen de Kazán, pero también reiteró que por ahora no existe ninguna posibilidad de que Juan Pablo II visite Rusia.
Así lo afirmó el patriarca ruso al término de la ceremonia de entrega a la Iglesia ortodoxa de la sagrada imagen que estaba en poder del Papa.
Alejo II recordó que el ícono donado hoy es una imagen muy importante, pero aclaró que "es una de las copias del ícono de Kazán".
"No es casual que siga siendo una de las más importantes de Rusia -dijo el patriarca- copias de este ícono se pueden ver en todas las iglesias del país. Pero ésta es importante para la Iglesia en general, importante también para los católicos, ya que nos hace recordar los tiempos en los cuales el cristianismo no estaba dividido".
El patriarca envió a Juan Pablo II "nuestro gran agradecimiento por el regalo que atestigua la voluntad del Vaticano de volver a relaciones de respeto entre nuestras Iglesias y también la intención de ayudarnos unos a los otros".
Al término de la ceremonia, ante una pregunta de los periodistas sobre la posibilidad de que papa Wojtyla visite Moscú, Alejo II reafirmó que Juan Pablo II "vendrá cuando se den las condiciones, que por el momento no existen".
El viernes, Alejo II, en una entrevista al diario milanés Corriere della Sera, en coincidencia con el arribo a Moscú de la delegación papal aseguró que los católicos deben dejar de hacer proselitismo en Rusia o el diálogo ecuménico no seguirá adelante.
"Esperamos -dijo Alejo II en la entrevista- que la Iglesia católica romana cambie radicalmente su política respecto a los ortodoxos, cese acciones premeditadas poco amistosas".
La imagen sagrada, que durante once años estuvo en el estudio del Papa, fue entregada hoy por el cardenal Kasper al patriarca al término de una solemne ceremonia que duró más de tres horas.
El complejo rito se llevó a cabo en la más importante catedral del Kremlin, donde en una época eran coronados los zares.
Se espera que la devolución del ícono sirva para favorecer una nueva etapa de diálogo entre las dos iglesias.