MOSCÚ.- La tragedia en la escuela de Beslan, en la región rusa de Osetia del Norte, sigue cobrando víctimas, aunque esta vez es el director del periódico "Izvestia", Raf Shakirov, quien sufrió las consecuencias del hecho, al renunciar a su cargo.
La dimisión de Shakirov, director de uno de los diarios más difundidos y prestigiosos de Rusia, se produce luego que los dueños del medio - Profmedia, del magnate Vladimir Potanien, bastante atento a no chocar con el Kremlin- le pidieran explicaciones por la publicación de una serie de fuertes fotografías de los sucesos de Beslán.
En el número del sábado pasado, el diario mostró fuertes fotografías en la primera plana y la última página.
Allí se veía a un muchacho llevando del brazo a una adolescente herida, semidesnuda y fragilísima, y el rostro en primer plano de una mujer que reza con las manos unidas. En el interior se encontraban las imágenes más fuertes de la masacre.
Según Shakirov, esa publicación debía ser un llamado contra el horror y el absurdo de la guerra.
"Renuncié por contraste con los propietarios sobre el tono de ese número", confirmó el combativo director, después de que la noticia de su renuncia levantó una polvareda.
"Los editores consideraban que esa actitud era demasiado emotiva, demasiado visual, dijeron que un diario no se hace así. Pero nosotros no teníamos pretensiones artísticas, ese número partía de la idea que tenemos del significado de ese día para el país. Una idea que encontró confirmación: ésta es una guerra. Me dicen que es nuestro 22 de junio (día del ataque nazi a Rusia en 1941) y concuerdo. Por lo tanto me vi obligado a dejar 'Izvestia'".
El terremoto mediático le valió a Shakirov la solidaridad de ilustres colegas, como la directora del "Moskovski Novosti", Ljudmila Telen, y el director del semanario "Ogonjok", Viktor Loshak.
"Estoy estupefacta - afirmó Telen-, si esas fotos chocaron a los lectores, entonces la elección era correcta. No es nuestra tarea endulzar los acontecimientos. Shakirov no violó ninguna ética profesional".
Detrás de esa renuncia, sugirió la periodista, "está tal vez el hecho de que 'Izvestia' fue muy crítico en la evaluación del caso de Beslán y el accionar de los dirigentes rusos".
Para Loshak, "si esa renuncia tiene en la base motivos políticos, es una tragedia. Ya tenemos el precedente de Dubrovka (el teatro donde en 2002 murieron 129 personas en una incursión de las fuerzas especiales contra los terroristas chechenos que habían tomado al público de rehén)".
"Entonces despidieron al director general de NTV, Boris Jordan. Y después de una entrevista con la mujer del líder checheno Zelimkhan Yandarbiev (asesinado en Qatar hace pocos meses) tuvo que dejar NTV también el presentador Leonid Parfionov. Es una tendencia que no puede no inquietar, que hace retroceder los valores democráticos por los cuales trabajamos durante todos estos años", agregó.
Otros impedimentos a la prensa
Además de rodar cabezas ilustres, otros nombres igualmente conocidos en los medios rusos vieron obstaculizado su trabajo. Al periodista de "Radio Liberty" Andrei Babitsky - muy crítico de la campaña militar en Chechenia- se le impidió llegar a Beslan.
Primero, la policía lo detuvo en busca de un explosivo inexistente, haciéndole perder el avión hacia Vladikavkaz. Luego dos hombres se le acercaron, provocándolo, y los tres fueron demorados con la acusación de vandalismo, tras lo cual Babinsky fue condenado el viernes a cinco días de detención.
Más inquietante aún, si se confirma, es lo ocurrido a la periodista Anna Politkovskaya, de Novaya Gazeta. Al parecer alguien envenenó el café que se le sirvió a bordo del avión, provocándole una internación inmediata al llegar a Beslan.
Los médicos, escribe el diario "Moscow Times", confirmaron al parecer el diagnóstico de envenenamiento.