OTTAWA.- Un periodista canadiense denunció hoy que estuvo secuestrado la semana pasada en el norte de Irak y que fue entregado a radicales árabes que lo golpearon y amenazaron varias veces con decapitarlo.
Scott Taylor, un periodista especializado en la cobertura de conflictos, y que no pertenece a ninguna empresa de medios de comunicación, dijo que fue liberado el domingo después de permanecer cinco días en cautiverio.
Taylor indicó que sus captores lo habían acusado de ser un espía del servicio secreto Mossad de Israel.
"Al menos tres veces en cinco días me dijeron que me iban a decapitar", afirmó Taylor a la radio CBC desde Turquía.
"Un día me golpearon y al día siguiente me dijeron que me iban a matar y que todo acabaría. Luego supongo que se cansaron de mí y me liberaron", añadió Taylor.
Desde abril, en Irak han sido secuestradas personas procedentes de de una veintena de países. Dos periodistas franceses fueron capturados el 20 de agosto y aún permanecen desaparecidos, a pesar de los intensos esfuerzos diplomáticos para liberarlos.
Taylor indicó que había sido detenido originalmente el miércoles por un grupo turcomano después de que acudió a verificar informes de un ataque planificado de Estados Unidos en la localidad de Tal Afar, 100 kilómetros al este de la frontera de Siria con el norte Irak.
El periodista canadiense dijo que primero el grupo lo trasladó a un refugio, y que luego fue atacado y destruido por helicópteros estadounidenses Apache. Taylor agregó que perdió su portafolio, su pasaporte y su cámara de video en la operación.
El reportero contó al periódico Ottawa Citizen que sus captores iniciales lo entregaron a una agrupación árabe no iraquí "que me molió a golpes". Dijo que le pusieron esposas y cadenas y que le dieron 24 horas para que admitiera que era un espía del Mossad.
Luego, sin ninguna explicación, señaló que lo subieron a un taxi y lo llevaron a la ruta principal entre la ciudad iraquí de Mosul y Turquía.
Los funcionarios canadienses aún están tratando de liberar a Mohammed Rifat, que desapareció el 8 de abril cerca de Bagdad mientras trabajaba en un proyecto de construcción. Otros dos canadienses secuestrados en hechos diferentes en abril fueron liberados poco tiempo después.