SAO PAULO.- Dos agentes de policía de Sao Paulo fueron detenidos como sospechosos de participar en los ataques de las últimas semanas contra mendigos de la ciudad, que dejaron siete muertos y una decena de heridos, informó la prensa local.
Los sospechosos, cuyos nombres no fueron divulgados, están bajo arresto administrativo desde el pasado martes y, según la Policía Civil, que investiga el caso, hoy se pedirá a la justicia una orden de prisión preventiva.
Las víctimas fueron golpeadas con brutalidad en la cabeza y el rostro mientras dormían en la calle en varios puntos del centro de Sao Paulo, lo que generó una ola de pánico entre los "sin techo" de la mayor ciudad brasileña.
El secretario de Seguridad Pública del Estado de Sao Paulo, Saulo de Castro Abreu, que prometió resolver el caso antes del próximo domingo, cuando se cumplirá un mes de los primeros ataques, afirmó que existen pruebas "razonables" que comprometerían a los dos policías, señaló el diario "Folha de Sao Paulo".
Los dos sospechosos serían los jefes de un grupo de vigilancia clandestino que actúa en el centro de Sao Paulo, y los ataques a mendigos estarían relacionados con el comercio de drogas en la zona.
Según los investigadores, el objetivo de los agresores sería eliminar a un cómplice en el comercio de drogas con quien al parecer se habrían desentendido, pero asesinaron a otros mendigos en distintos puntos para confundir a los investigadores.
"Esa persona, que murió, conocería el funcionamiento del submundo de la región, de la seguridad clandestina en el centro", dijo el sacerdote católico Julio Lancellotti, de la Pastoral del Pueblo de la Calle, al diario "O Estado de Sao Paulo".
En un primer momento las autoridades sospecharon que detrás de los ataques a los mendigos estaban grupos de exterminio pagados por comerciantes del centro para expulsar a los indigentes de la zona, de organizaciones que pregonan el odio racial y hasta de agentes de la Guardia Civil, pero ninguna de esas hipótesis se confirmó.
La implicación de policías en asesinatos de personas que duermen en la calle no es una novedad en Brasil, y el caso más emblemático fue la matanza, en junio de 1993, de ocho niños de la calle que dormían en las escalinatas de la iglesia de La Candelaria, en el centro de Río de Janeiro.
Por ese caso tres de los seis ex policías acusados fueron condenados a penas de entre 18 y 204 años de prisión, mientras que los otros tres fueron absueltos por falta de pruebas.