
SEATTLE.- El volcán St. Helens, en el estado norteamericano de Washington, despidió en la mañana de hoy una inmensa nube de vapor, a la que según los científicos que esperan la inminente erupción del volcán seguirá la expulsión de ceniza.
Por el momento es incierto si el magma ha alcanzado la superficie del cráter. La cima de lava que cubre el hueco del cráter alcanzó en los últimos días una altura de 30 metros, de acuerdo con las mediciones de los geólogos que monitorean la actividad del St. Helens.
Científicos y curiosos se agolpan al pie del volcán a la espera de una erupción, desde que la semana pasada una serie de terremotos en la costa oeste estadounidense despertaron al volcán.
Los pequeños temblores llevaron a los geólogos del gobierno federal a advertir sobre una posible erupción, a pesar de que insistieron en que la actividad sería probablemente menos destructiva que el último gran despliegue de actividad del volcán, en 1980, que cubrió de cenizas el noroeste del Pacífico y causó la muerte de 57 personas.
El viernes, el volcán escupió su primera gran nube de gas y ceniza. La erupción duró unos 24 minutos y logró alcanzar una altura de hasta 5.000 metros, según el Observatorio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).