SAN FRANCISCO, EE.UU.- Los "espías" informáticos podrían pagarlo caro con la nueva ley que propone hasta cinco años de cárcel para los creadores de "spyware", el software que se instala sin permiso del usuario para registrar todos sus movimientos.
Hasta ahora, los creadores de estos programas informáticos han dominado prácticamente a sus anchas por la red, a pesar de las molestias que acarrean.
La multinacional informática Microsoft estima que el "spyware" es responsable de la mitad de todos los fallos que registran los computadores personales, por no hablar de los gastos multimillonarios que ocasiona a los fabricantes de computadores, proveedores de acceso a la red y personal técnico.
El "spyware" consiste en pequeños programas informáticos -en su mayor parte muy difíciles de detectar incluso por usuarios avezados- que se instalan en el ordenador sin avisar al usuario, como si de un virus se tratase.
La finalidad de estos programas es registrar los hábitos del internauta (por ejemplo, con respecto a páginas visitadas y tiempo que pasa en cada una de ellas), una valiosa información que luego puede usarse para marear al consumidor con anuncios de publicidad a la medida.
Pero su omnipresencia en la red podría tener los días contados si prosperan en el Senado dos propuestas aprobadas por unanimidad esta semana en la Cámara de Representantes de EE.UU., que podrían fundirse en una única ley.
Una de las medidas busca castigar con hasta cinco años de cárcel a los que hagan uso indebido de estos programas.
La medida se dirige también a los ataques de "phishing" (o "pesca" en el lenguaje informático) esto es, los correos electrónicos que emplean argucias para hacerse con información financiera como números de tarjetas de crédito.
Estos modernos estafadores habitualmente utilizan los logotipos de compañías como el banco Citigroup o la página de apuestas por internet eBay para conseguir estos datos.
La otra propuesta prevé una serie de directrices que obligatoriamente deberán cumplir las compañías de software, como la de solicitar el permiso explícito de los consumidores para instalar algunos programas con los que puedan tener acceso a sus datos.
Quienes violen las nuevas normas se enfrentarían a multas que pueden alcanzar millones de dólares.
Se trata de una iniciativa que "protege a los consumidores sin obstaculizar el desarrollo de la tecnología", según Mary Bono, la republicana por California que propuso la medida.
La industria acogió estas iniciativas con recelo.
El presidente de la Asociación de Tecnologías de la Información de EE.UU., Harris Miller, mostró preocupación ante la posibilidad de que una ley mal diseñada pueda dirigirse, inadvertidamente, contra herramientas legítimas como las que se utilizan para poner al día muchos programas informáticos.
Eso no es la única reprensión que los creadores de "Spyware" se llevaron esta semana: la Comisión Federal de Comercio (FCC, por sus siglas en inglés) interpuso la primera demanda contra una compañía de este tipo, una empresa de Nuevo Hampshire acusada de infectar los computadores con software no solicitado para tratar después de vender el remedio para limpiarlos: un programa llamado "Spy Wiper" que cuesta 30 dólares.
La actuación de la FCC arremete contra una modalidad muy extendida: los programas que prometen limpiar el ordenador de "spyware" pero que no son sino una herramienta de espionaje más.
Esto supone que muchas veces es peor el remedio que la enfermedad, ya que los programas son "agentes dobles": eliminan el software de la competencia para instalar el propio.
Sea como fuere, acabar con esta plaga no resultará fácil, ya que se trata de un software que suele ser más complejo que los virus informáticos y además se renueva constantemente para evitar su identificación, según advierten los expertos informáticos.
Los programas tienen un aspecto diverso: algunos introducen por su cuenta y riesgo un "favorito" en la lista correspondiente; otros incluyen barras de navegación o colocan una página inicial -la que aparece al abrir el explorador de internet- diferente a la que instaló originalmente el usuario.
Los más dañinos son capaces de capturar lo que el usuario teclea, incluso nombres de usuario y contraseñas.