TOKIO.- El Gobierno japonés planea crear un "grupo central de reacción rápida" dentro del ejército que permita afrontar la amenaza del terrorismo y actuar en otros países, indicó hoy el diario "Tokyo Shimbun", que citó fuentes de la defensa nipona.
El nuevo grupo de operaciones servirá también como un centro de mando para "misiones en el exterior y despliegue de emergencia a fin de contrarrestar el terrorismo en Japón", según el proyecto que se incorporará a la nueva estrategia de seguridad del Gobierno japonés.
El diario añadió que ese "grupo de reacción rápida" estará compuesto por un millar de efectivos y 200 "comandos" entrenados para el despliegue en el exterior y elegidos de los cinco cuerpos regionales de las Fuerzas de Autodefensa japonesas, como se conoce al ejército nipón.
El nuevo grupo operativo quedaría establecido hacia marzo de 2006, cuando se esperan unas maniobras a gran escala entre las "fuerzas de autodefensa" japonesas de Aire, Mar y Tierra.
El "grupo central de reacción rápida" tendría su cuartel en Asaka, Tokio, y bajo su mando estarían la única unidad de paracaidistas del ejército nipón, la unidad antiterrorista establecida en marzo pasado y varias escuadrillas de helicópteros con base en la provincia de Chiba, añadió el diario.
En diciembre próximo, el Gobierno pretende aprobar el borrador del llamado Programa Nacional de Defensa, en el que se incluiría la formación de este grupo de intervención inmediata.
Ese programa nacional está provocando un gran debate en la sociedad japonesa, pues supone un abierto desafío al declarado carácter pacifista de la política de defensa de este país, que establece el artículo noveno de la Constitución nipona.
El programa propone la creación de una fuerza militar supervisada por el director general de la Agencia de Defensa (como se denomina al Ministerio de Defensa en Japón) destinada a responder con eficacia al terrorismo y la guerra de guerrillas.
La nueva estrategia defensiva japonesa pretende dejar atrás la actual visión de "respuesta limitada a ataques limitados" y pasar a una "capacidad de respuesta flexible", es decir, proporcional a la correspondiente amenaza.
En esta nueva estrategia militar entra también la creación de un sistema de defensa contra misiles, en cooperación con Estados Unidos, que pretende hacer invulnerable a Japón en caso de un ataque por parte de Corea del Norte.
Según los expertos, estos pasos militaristas, interpretados por sus críticos como una traición al pacifismo amparado por la Constitución, están por una parte orientados a garantizar la defensa del país ante un ataque abierto o terrorista lanzado por Corea del Norte.
Sin embargo, la prensa también ha denunciado que en los planes del Gobierno del primer ministro nipón, Junichiro Koizumi, está la creación de fuerzas especiales que puedan ser utilizadas en misiones "de paz" en el extranjero, ya sea bajo la égida de la ONU o de mano del principal aliado de Japón, EEUU.
Otro diario japonés, el "Mainichi Shimbun", publicó hoy que el Gobierno de Koizumi está estudiando una propuesta de EEUU para transferir a la base de "Camp Zama", en la provincia de Kanagawa, el cuartel general del Primer Cuerpo del Ejército estadounidense, actualmente radicado en el estado de Washington.
Este paso, añade el diario, cambiaría radicalmente la naturaleza del tratado de seguridad vigente entre EEUU y Japón.
Según el "Mainichi", Tokio podría aceptar esta propuesta y, por ello, la Agencia de Defensa ya ha empezado a revisar los puntos claves de la cooperación en materia de seguridad entre Japón y EEUU.
El actual tratado de seguridad suscrito por ambos países limita la alianza al llamado espacio de operaciones de "extremo oriente", que se ampliaría, en caso de ser revisado, a lugares tan lejanos como Oriente Medio, donde EEUU necesita urgentemente efectivos de gobiernos aliados.