PARIS.- El alcalde de París, Bertrand Delanoe, comenzó la ofensiva contra el cigarrillo en bares y restaurantes de la ciudad junto al Sena. Eso sí, de manera muy francesa. El tabaco en los 12.000 bares, restaurantes, cafés y hoteles de la ciudad no puede prohibirse por decreto, pero una ley de más de diez años sobre zonas de no fumadores sí puede servir de base para ello.
Por lo tanto, se pide a los dueños que coloquen un cartel que diga "établissement sans tabac" (establecimiento sin tabaco) justo al lado del menú y declaren así a su local zona libre de tabaco. Pero ya este primer paso en dirección a un "París sin humo" está generando polémica.
"¿Se prohibirá el cigarrillo en París?". Con este titular, el "Journal de Dimanche" se preocupaba por las necesidades de los fumadores y la imagen de la capital francesa.
También "Le Parisien" considera posible un "París de los no fumadores", dado que los fumadores mientras tanto son perseguidos en casi todas partes.
¿Se conseguirá hacerlo también en los bares y cafés, que para muchos parisinos son como un segundo hogar?
Los propietarios de restaurantes, cafés y discotecas ya iniciaron el levantamiento. Temen una época turbulenta de enfrentamiento entre fumadores y no fumadores, y considerables pérdidas una vez que los fumadores hayan sido desplazados.
Lo que los irlandeses, considerados bastante fumadores, parecen aceptar (aunque a regañadientes) desde la pasada primavera (boral) también podrán admitirlo los parisinos fumadores de Gauloise. Al menos esa parece ser la premisa de la cruzada contra el tabaco del ayuntamiento.
"Si en una primera etapa participa un diez por ciento y cuelga el cartel 'sin tabaco' en su establecimiento, luego seguirán los demás", considera el médico Denis Serruques, que prepara la campaña anti- tabaco para el gobierno rojiverde de la ciudad. "Lamentablemente, todavía no se le da la debida importancia a los peligros a que se exponen los fumadores pasivos".
Las asociaciones que agrupan a los dueños de bares, restaurantes, hoteles y discotecas realizaron una encuesta para analizar el clima entre no fumadores y fumadores.
De acuerdo a ese sondeo, ambos bandos parecen convivir perfectamente en los restaurantes y cafés, y eso a pesar de que también en el país de los placeres se puso de moda la vida sana.
En todos los bares que venden tabaco y sobre todo en las discotecas, sin embargo, la situación es otra. Una de cada dos personas sufre allí a causa del humo.
"Estamos en contra de cualquier prohibición", intenta defenderse el sector, que apuesta por un "diálogo entre los clientes" y la "convivencia en vez de la guerra en los bares".
Los dueños de los locales impulsan una campaña en sus propias filas para que se apliquen más estrictamente las reglas ya existentes para separar a fumadores de no fumadores. Pero recortar brutalmente la libertad no es nada francés, sostiene un cocinero.
