BANGKOK.- El gobierno tailandés inició hoy una investigación para depurar responsabilidades tras la muerte ayer de 78 musulmanes que presuntamente fallecieron por asfixia cuando eran trasladados en camiones a un campamento militar, después de haber protagonizado fuertes choques con las fuerzas de seguridad.
El primer ministro, Thaksin Shinawatra, expresó hoy sus condolencias por las 78 muertes y anunció ante el Senado la puesta en marcha de una comisión de investigación sobre los sucesos.
’’Ha sido una tragedia. Creo que el gobierno hizo el máximo para dispersar a los manifestantes de forma pacífica, pero desafortunadamante tenemos que saber ahora qué pasó después’’, dijo.
Según fuentes sanitarias, las personas murieron asfixiadas cuando eran trasladadas en camiones hacia un campamento militar.
No obstante, familiares de los fallecidos aseguraron que muchos de los cadáveres mostraban señales de violencia.
’’Los familiares de los muertos no están satisfechos con la explicación de que la causa de la muerte sea la asfixia’’, declaró hoy Nimu Makajae, vicepresidente del Consejo Islámico Pattani.
’’El gobierno debe darse prisa en dar explicaciones sobre la causa de las muertes, porque este incidente podría escalar hasta algo mucho más grave’’, aseguró.
Otros seis manifestantes habían muerto cuando este lunes unas 2.000 personas intentaron entrar por la fuerza en un cuartel policial en la conflictiva provincia sureña de Narathiwat. Su intención era liberar los seis integrantes de la milicia local en el distrito de Tak Bai que fueron detenidos el pasado 12 de octubre bajo acusación de haber vendido sus rifles a activistas musulmanes.
Las autoridades locales dijeron que fueron detenidas 1.300 personas. Además de cañones de agua y gas lacrimógeno, las fuerzas de seguridad usaron armas de fuego contra la turba.
Por otra parte, una organización rebelde islámica amenazó hoy con actos de venganza, tras las muertes.
En la página web de la ’’Asociación de Liberación de Patani’’ (PULO), se asegura que ’’vuestras ciudades sucumbirán a las llamas, como ocurrió en Patani’’.
Patani es el nombre de un reino extinto, que en una época agrupaba a las tres provincias del sur de Tailandia, acualmente habitadas por la mayoría musulmana.
En la ola de violencia desatada por separatistas musulmanes en el sur de Tailandia, de mayoría musulmana, han muerto desde enero más de 350 personas. Los rebeldes quieren la separación de las cinco provincias de mayoría musulmana, Narathiwat, Yala, Pattani, Satun y Songkhla. El 90 por ciento de los tailandeses es budista, mientras que sólo un cinco por ciento es musulmán.