NAYAF.- En un claro gesto de su voluntad de unirse al proceso político en Irak, el joven clérigo chiita Muktada Al Sader se adhirió hoy al coro de condenas del asesinato de los 49 reclutas de la Guardia Nacional iraquí el fin de semana.
"Es un crimen horrible contra la humanidad y la compasión", dijo Al Sader a la agencia dpa, en la ciudad santa de Nayaf, al sur del país.
Al Sader terminó con su rebelión en Nayaf en agosto, después de la mediación del gran ayatolá chiita Ali al Sistani, que convenció al joven clérigo de que pidiese el final de la violencia en Irak y advirtiese de que los continuos enfrentamientos "no pueden preparar la situación para las elecciones".
"Cualquier funcionario preocupado por este país debería terminar con estas crisis y advertir a las fuerzas extranjeras de los peligros de tales operaciones, que sólo complican las cosas", dijo Al Sader.
El clérigo insistió en la importancia de un acuerdo pacífico para resolver la situación en Falluya, donde los insurgentes continúan atacando a las fuerzas de seguridad iraquíes y a las tropas extranjeras.
El ministro de Defensa, Hazem al Shalan, dijo en declaraciones que recoge la prensa de hoy que las fuerzas iraquíes se podrían ver finalmente obligadas a adoptar soluciones militares y entrar en Falluya.
