LONDRES.- La publicación británica “The Economist”, de gran influencia en Estados Unidos, apoya al candidato John Kerry en las próximas elecciones presidenciales, frente a George W. Bush, a quien respaldó en 2000 pero ahora considera que ha fracasado.
En su último número, que se distribuirá este viernes, la revista incluye un artículo firmado por su director, Bill Emmott, en el que éste explica su decisión de apoyar a Kerry, a pesar de considerarle un político “vacilante” y “oportunista”.
La decisión ha sido “difícil”, reconoce Emmott, porque la revista secundó la política antiterrorista de Bush y la guerra en Irak.
Pero, al final, ha concluido que el actual inquilino de la Casa Blanca “ha sido demasiado incompetente para merecer la reelección”.
“The Economist”, que vende 400.000 ejemplares en Estados Unidos -tres veces más que en el Reino Unido y un 40 por ciento del total-, pide a sus lectores que voten demócrata el próximo 2 de noviembre.
Bush manejó bien la situación después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y estuvo certero al atacar Afganistán en busca del terrorista Osama Bin Laden, aunque éste, seguramente, consiguió escapar, señala Emmott.
Sin embargo -añade-, ha cometido grandes errores: la detención de cientos de personas en la base de Guantánamo, en Cuba, sin juicio ni cargos, lo que prueba “la hipocresía” de EEUU; la mala gestión de la posguerra en Irak y los abusos de prisioneros en la cárcel iraquí de Abu Ghraib.
El periodista acusa a Bush de haber hecho poco por solucionar la crisis en Oriente Medio, donde el conflicto palestino-israelí se agrava e Irán parece estar más cerca que nunca de desarrollar armas nucleares.
Kerry no es una opción mucho mejor -opina Emmott-, pero es la que ha decidido apoyar “The Economist”.
Es un político con las ideas poco claras, como lo demuestra el que critique la guerra contra Irak tras haberla apoyada en el Senado, pero su programa electoral sobre política nacional es “aceptable”, conservador en cuestión de impuestos y “tolerante” en asuntos sociales.
Si Bush sale reelegido, concluye Emmott, el semanario le apoyará sólo si cambia a su equipo y corta sus vínculos con la derecha cristiana.