CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa expresó hoy su confianza en que las raíces cristianas continúen ’’inspirando’’ a Europa, pese a la ausencia de una referencia explicita en la Constitución Europea que se firmó ayer en Roma.
Al día siguiente de que los gobernantes de la UE estampara su firma sobre el primer Tratado Constitucional Europeo, Juan Pablo II volvió a referirse a la que ha sido una reclamación constante de la Iglesia católica durante la redacción de la Carta Magna.
La ocasión fue la audiencia que concedió a uno de los firmantes, su compatriota el primer ministro polaco, Marek Belka, que acudió a la Santa Sede junto a un nutrido grupo de acompañantes.
El Papa insistió ante Belka que, pese a la ausencia de la Constitución, espera que ’’los valores perennes elaborados sobre la base del Evangelio por las generaciones precedentes sigan inspirando los esfuerzos de los que asumen la responsabilidad para configurar el rostro de nuestro continente’’.
En su discurso, leído por un colaborador, el Pontífice dijo que la firma de la Constitución ’’cierra en cierto sentido el proceso de ampliación de la UE a los Estados, que siempre han contribuido a la formación de sus cimientos espirituales e institucionales y que en los últimos decenios han permanecido al margen’’.
Tras subrayar que la Santa Sede y él mismo han apoyado siempre ese proceso de integración, Juan Pablo II afirmó que confía en que la UE ’’no sólo hará todo lo posible para no privar a los europeos de su patrimonio espiritual, sino que lo custodiará de forma unitaria’’.
En ese punto, reiteró el que ha sido el discurso del Vaticano durante todo el proceso de redacción de la Constitución Europea: ’’no se puede construir una unidad duradera, separándose de las raíces sobre las que han crecido los países de Europa y de la gran riqueza cultural y espiritual de los Siglo pasados’’.
El Papa agradeció personalmente los esfuerzos del Gobierno polaco para que la mención a las raíces cristianas de Europa figurarán en el texto Constitucional firmado ayer en Roma.