EL CAIRO.-Un hombre vecino de una población rural del Alto Egipto decidió degollar a todas sus hijas y expulsar del domicilio conyugal a su mujer después de que ésta diera a luz a su séptima niña.
Abdel Nasser Ibrahim, muecín de 43 años que llamaba piadosamente a la oración musulmana cinco veces al día desde un minarete de la localidad de Sohag, a 700 kilómetros al sur de El Cairo, se entregó a la policía después de cometer el crimen.
"Cuando la mujer tuvo la séptima niña, decidió divorciarse de ella y expulsarla de casa. Sus hijas le pidieron que dejara regresar a su madre, y fue entonces cuando decidió asesinarlas", explicó el comisario de Policía de la zona, citado hoy, martes, por la prensa local.
"Utilizó un cuchillo muy afilado. Cuatro de las niñas murieron al instante, y otras tres quedaron gravemente heridas, y después fallecieron", detalló el comisario.
Nasser Ibrahim, al igual que la mayoría de los egipcios, soñaba con tener un hijo varón que perpetuase su linaje en un sociedad en la que las hijas están relegadas a un segundo plano.
Los antiguos árabes solían enterrar a las hijas, práctica que trató de erradicar el profeta Mahoma, fundador del Islam.
Pese a que El Corán, libro sagrado de los musulmanes, insta a no hacer distinciones entre hijos e hijas, en las sociedades musulmanas se prefiere a los varones antes que a las hembras.