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Elecciones EE.UU.: Normalidad y alta participación en jornada electoral

Se calcula que unos 125 millones de estadounidenses acudan hoy a las urnas en unos comicios considerados históricos.

02 de Noviembre de 2004 | 16:09 | EFE


WASHINGTON.- La normalidad y una participación mayor de lo previsto son, hasta el momento, lo más destacado de una jornada electoral que cierra la campaña más reñida de los últimos tiempos en EEUU.

Se calcula que unos 125 millones de estadounidenses acudan hoy a las urnas en unos comicios considerados históricos, tanto por lo dividido que se encuentra el país como por ser los primeros desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Algunos expertos estiman que votará hasta un 60 por ciento del electorado, un índice no registrado desde los comicios de 1968. En 2000 sólo lo hizo el 51,3 por ciento de los ciudadanos.

EEUU también elige hoy a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y a 34 de los 100 integrantes del Senado. El Partido Republicano controla ambas cámaras del Congreso y la oposición demócrata tiene muy difícil recuperar alguna, si bien con más esperanzas en el Senado.

Las urnas en los cincuenta estados del país y el Distrito de Columbia, donde está la capital (Washington) cerrarán entre las 24.00 GMT y las 06.00 GMT de mañana, miércoles.

Desde el punto de la mañana en la Costa Este hasta la apertura de los colegios en California, tres horas más tarde, los electores han formado largas filas a la puerta de los centros de votación para depositar sus sufragios.

Junto a ellos, batallones de voluntarios republicanos y demócratas trataban de influir en su decisión en el último momento, algo que por extraño que suene, es perfectamente legal en EEUU.

Eso sí, en esta edición y tras lo ocurrido en Florida en el 2000, todo está perfectamente observado y se llevan a cabo prácticas hasta ahora desconocidas en los colegios electorales de EE.UU..

Como, por ejemplo, la autorización que hoy decidió el Tribunal Supremo de EE.UU. de la presencia de "vigilantes" en los colegios electorales de Ohio. Estos podrán exigir a los votantes que les resulten sospechosos de fraude, que les enseñen los papeles que los autorizan a votar.

A pesar de estas "peculiaridades" y de las decenas de miles de abogados que observan los comicios en todos los colegios electorales del país, no se tienen por el momento noticias de que haya habido incidentes.

Entre los que depositaron pronto su voto estuvo George W. Bush, quien acudió a la estación de bomberos de Crawford (Texas) poco antes de que abriera sus puertas el colegio electoral allí instalado.

El presidente, que se trasladó a Columbus -en el disputado estado de Ohio- para reunirse con voluntarios republicanos, se sumó a ellos y realizó incluso algunas llamadas telefónicas en las que pidió el voto para su candidatura. Ante la incredulidad de uno de sus interlocutores de Ohio, Bush dijo: "Sí, sí, le prometo que soy yo".

Los resultados de Ohio, junto con Pensilvania y Florida serán los tres más observados durante la noche electoral que se prevé larga.

Bush esperará el resultado en la Casa Blanca, junto a su familia.

John Kerry se tomó con más tranquilidad el ir a votar y no lo hizo hasta pasadas las 18.00 GMT en el centro de Boston, una ciudad que espera celebrar hoy, como lo hizo hace 44 años con John F. Kennedy, el triunfo de otro "JFK" bostoniano, católico y demócrata.

La seguridad nacional y la díficil situación de la economía de EE.UU. son el telón de fondo de esta elección, que se celebra tras cuatro años económicamente difíciles durante los que no se ha cumplido con las expectativas de creación de empleo.

Sin embargo, según los expertos, no es sólo la gravedad de los desafíos a los que se enfrenta el país lo que motiva a los estadounidenses a acudir a votar en masa, sino la propia figura del presidente y sus respuestas a estos problemas.

A pesar de haber prometido "unir" al país durante su campaña de 2000, Bush ha sido una figura muy controvertida, al que sus rivales acusan de haber favorecido al ala conservadora de su partido con sus rebajas tributarias.

Se le critica también su respaldo a una enmienda constitucional contra el matrimonio homosexual y sus límites al apoyo público a la investigación con células madre.

Además, su política en Irak, impulsada por una camarilla "neo-conservadora" en su Gobierno, ha polarizado al país, no sólo por la decisión de invadirlo, sino por la premura con la que se hizo, la ausencia de armas de destrucción masiva y los problemas de pacificación del país.