
MIAMI.- El enojo y la frustración por las elecciones hace cuatro años impulsó hoy a concurrir en forma masiva a los negros y latinos a los locales electorales en Miami, estado norteamericano de Florida.
"Hoy es el día más importante de mi vida", declara Angela Bash, una negra del norte de la ciudad, donde sobre todo residen las minorías. Nunca vio tanta demora en las elecciones, opina la anciana.
Se encuentra bien atrás en la fila y sus piernas todavía deberán resistir varias horas. Pero le da igual. Los pequeños afiches que son repartidos por los militantes los utiliza para protegerse del intenso sol. "Me quedaré hasta que entre", asegura.
A los latinos y negros se les pronosticó un rol posiblemente decisivo en la reñida carrera a la Casa Blanca entre el presidente George W. Bush y su rival John Kerry, sobre todo en estados clave como Florida.
Grupos defensores de los derechos cívicos aseguran que hace cuatro años no fueron contados en Florida hasta 95.000 votos de la comunidad afroamericana. Bush se impuso en ese estado por apenas 537 sufragios. En tanto, los sondeos apuntaban que en estos comicios la mayoría de los latinos y negros se proponían optar por el demócrata Kerry.
Muchos todavía se quejan hoy de que sus votos hace cuatro años fueron "robados". "El mío nunca fue contado", se queja Charles Andre, un inmigrante de Haití, mientras se coloca en la fila de votantes en el barrio "Pequeño Haití". "Se robaron mi voto hace cuatro años, y lo van a robar de nuevo", afirma.
Con un fuerte acento creole asegura que tras ello se encuentra "el gran aparato de los republicanos". Otros asienten. "Por qué no contamos con suficientes máquinas para votar?", se pregunta la afroamericana Martine Jean.
En su distrito, los votantes ya aguardaban ante los locales electorales a las 5:15, casi dos horas antes de su apertura. A las 7 la fila ya daba la vuelta a la manzana, pero en el local electoral había solo 12 máquinas.
Los observadores electorales de organizaciones independientes como "Election Protection" vigilan todo con minuciosidad. Reparten volantes en inglés, español y creole, y subrayan que están a disposición en caso que surjan problemas. En los locales electorales también hay representantes de demócratas y republicanos.
De todas maneras, a grandes rasgos todo parece estar funcionando según lo previsto, a excepción de las largas demoras para emitir el voto.