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Bush recibe impulso para seguir con su visión del mundo

La controvertida política exterior estadounidense tiene ahora nueva fuerza para continuar su curso. Algunos adelantan que Norcorea e Irán pueden estar en la mira.

03 de Noviembre de 2004 | 15:51 | Pablo Soto González

Bush seguirá en el poder por cuatro años más
SANTIAGO.- Cuatro años después del escándalo que implicó para la democracia estadounidense la elección que llevó a George W. Bush al poder en 2000, el ahora Presidente reelecto se alza con un respaldo que los republicanos no pensaron ni en sus cuentas más alegres.

A pesar de que existía el riesgo de una batalla legal por los resultados en Ohio, el reconocimiento de la derrota por parte del demócrata John Kerry muestra que Bush, cuestionado y vilipendiado por sus detractores, terminó por alzarse con el triunfo.

La figura del Presidente Bush ha dividido fuertemente a la sociedad estadounidense, pero al revisar el mensaje entregado por las urnas, resulta claro que los votantes resolvieron que el abanderado republicano debe terminar el trabajo que tiene pendiente.

El factor miedo

Uno de los factores que jugó significativamente a favor de Bush, según los primeros análisis, es el miedo al terrorismo. Sondeos a boca de urna indica´
ron que los estadounidenses ven el temor al terrorismo como uno de los temas más importantes.

En especial porque, en muchas de las grandes ciudades, el miedo pasó a ser parte de lo cotidiano, después de los golpes terroristas de septiembre de 2001.

La aparición de Osama Bin Laden, el líder de la red terrorista Al Qaeda en un video el viernes pasado, trajo de vuelta a la mente de los estadounidenses
que la amenaza está más viva que nunca.

La guerra en Irak, otro de los temas más sensibles de la campaña, no pesó tanto al interior de la sociedad estadounidense como para sacar a Bush del poder, a pesar de que los errores cometidos por la administración estadounidense en ese conflicto son a esta altura innegables.

Como principal ejemplo, las armas de destrucción masiva, el argumento esgrimido por la Casa Blanca para invadir Irak y derrocar a Saddam Hussein. Un año y ocho meses después de la invasión, y luego de varias comisiones investigadoras, a las que se suma el trabajo previo de los inspectores de Naciones Unidas, nadie ha podido dar con el temible arsenal que se anunció antes de la guerra. Y lo
que es más evidente: Nadie piensa a esta altura que esas armas van a aparecer.

Un flanco débil

En materia de política exterior, supuestamente uno de los flancos más débiles de la presidencia de Bush, el peso de las críticas internacionales no mermó el
apoyo interno a la figura del Presidente.

La doctrina de los ataques preventivos, que puso en marcha la administración Bush, es considerada por algunos países como una aberración para el derecho internacional, pues faculta a Estados Unidos a golpear a cualquier país que sea considerado una amenaza seria.

En este contexto, algunos analistas, como Arturo Valenzuela, ex alto asesor de la administración Clinton, han adelantado que es muy probable que ahora Norcorea e Irán figuren como potenciales blancos de una operación militar estadounidense.

Norcorea mantiene la incertidumbre por su programa atómico y cuenta con misiles que ponen en peligro a estrechos aliados de Estados Unidos, como Japón, país cuyo cielo ya ha sido surcado por cohetes de prueba de Pyongyang que han
tenido como destino final el océano.

En el caso de Irán, su programa nuclear viene siendo fuertemente cuestionado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) que busca mayor control sobre las iniciativas que impliquen el uso de elementos potencialmente peligrosos.

El fundamentalismo religioso iraní y el enconado desprecio hacia Estados Unidos, que es llamado "El Gran Satán", pone a este país en la lista de las potenciales amenazas para Washington, que tiene más vigente que nunca su doctrina de ataques preventivos.

Washington también sigue de cerca los vínculos entre los ayatolás iraníes –que adhieren a la corriente chiita del Islam- y sus homólogos iraquíes, que se han transformado en uno de los peores dolores de cabeza para las fuerzas de ocupación.

Con el respaldo de la urnas de por medio, la administración Bush puede seguir adelante con su visión del mundo, que ha enfriado las relaciones con varios
de sus aliados y ha deteriorado la imagen del país. Pero para los estadounidenses, con la mirada hacia adentro, Bush sigue siendo la carta que les entrega mayores garantías.