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Crisis en la CIA, renunció el "número dos"

McLaughlin, un veterano con 32 años de experiencia en la Agencia Central de Inteligencia, anunció el viernes en un comunicado su salida, poniendo de relieve la existencia de graves conflictos internos en el servicio secreto.

13 de Noviembre de 2004 | 14:37 | EFE
WASHINGTON.- La dimisión del "número dos" de la CIA, John McLaughlin, que ocupó la jefatura interina de la institución este año durante tres meses, pone de relieve la existencia de graves conflictos internos en el servicio secreto.

McLaughlin, un veterano con 32 años de experiencia en la Agencia Central de Inteligencia (CIA), anunció el viernes en un comunicado su salida de este servicio secreto estadounidense por "una decisión puramente personal" y afirmó que le había llegado el momento de dedicarse a otros asuntos.

La salida del carismático funcionario, de enorme prestigio en la comunidad de los servicios secretos de EE.UU., representa no sólo el fin de una era dentro de la CIA sino que también, según antiguos funcionarios del servicio secreto, denota toda una marejada interna de disputas entre los mandos.

La agencia ha estado en el ojo del huracán durante buena parte de este año, cuando se han hecho públicos una serie de informes que ponen en entredicho su actuación en los meses que precedieron a los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Esas críticas motivaron en julio la dimisión de su entonces director, George Tenet, lo que dejó a McLaughlin al frente del servicio secreto durante casi tres meses.

El malestar interno se ha agravado desde la incorporación en septiembre del nuevo director de la agencia, el republicano Porter Gross -ex presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes-, quien, nombrado por el Presidente George W. Bush en agosto, llegó con la misión específica de reformar el servicio secreto.

Gross ya había airado a algunos funcionarios a raíz de la aprobación por parte del Comité y de la Cámara de Representantes de legislación que reclamaba la reforma del Directorio de Operaciones de la CIA, la unidad que se encarga de las operaciones encubiertas.

El ex congresista por Florida, que en las audiencias de confirmación de su nombramiento prometió ser imparcial en su labor y dejar de lado sus simpatías partidistas, trajo consigo a Langley (Virginia), la sede de la CIA, a cuatro de sus asesores en la Cámara.

Según publica hoy el periódico "The Washington Post", el comportamiento de los recién llegados, poco respetuoso, y unas competencias excesivas, a ojos de los funcionarios, ha exacerbado el descontento de los funcionarios veteranos.

El diario, que cita a agentes de la CIA retirados y en activo, afirma que el subdirector de Operaciones, Stephen Kappes, también presentó su dimisión el viernes tras una tensa discusión con el principal asesor de Goss, Patrick Murray.

La Casa Blanca y Goss lograron persuadir a Kappes para que reconsidere su decisión durante este fin de semana, según el periódico, que asegura que otros altos funcionarios también se plantean decir adiós.

Desde la llegada del ex congresista, que también fue en su día funcionario de la agencia, se han marchado ya o han anunciado su marcha el director ejecutivo de la agencia, A. B. Krongard; el subdirector ejecutivo, Martin Petersen, y el director de Asuntos del Congreso, Stan Moskowitz.

Según un ex funcionario de la CIA citado por el "Post", "es el peor embrollo del que he oído hablar. Hay confusión en toda la jerarquía y una pérdida extraordinaria de la moral y de los incentivos".

Hasta el momento, la agencia se ha negado a hacer comentarios sobre la situación. Un portavoz se limitó a indicar que la salida de McLaughlin es una decisión tomada "en un periodo natural de transición", tras el nombramiento de Goss y las elecciones presidenciales en EE.UU. el 2 de noviembre.

Durante su periodo como responsable interino de la CIA, McLaughlin fue el encargado de hacer frente a las duras críticas contra la agencia incluidas en los informes del Comité de Inteligencia del Senado y de la Comisión del 11 de septiembre.

Un experto en asuntos de Rusia y mago aficionado, McLaughlin ingresó en la CIA en 1972 y progresó entre sus filas hasta ser nombrado, en 1997, subdirector de inteligencia.

En 2000 fue designado subdirector de la agencia como mano derecha de Tenet.