MADRID.-En el primer juicio por los atentados que causaron 191 muertos y 1.800 heridos el 11 de marzo en Madrid, un joven de 16 años fue condenado hoy por la Audiencia Nacional española a seis años de reclusión en un centro de menores al ser hallado culpable de transportar parte de los explosivos usados en la masacre.
Una vez cumplida esa pena, el condenado, conocido por las siglas G.M.V. y apodado "El Gitanillo", deberá estar otros cinco años en libertad vigilada, según la sentencia relámpago dictada por el juez central de menores del alto tribunal, José María Vázquez Honrubia.
El joven, acusado de colaboración con banda armada por transporte de explosivos, admitió los hechos que le fueron imputados y aceptó la sentencia.
Al inicio del juicio, la fiscal Blanca Rodríguez decidió rebajar de ocho a seis años su petición de condena para evitar que el muchacho tuviera que ingresar en una prisión de adultos después de cumplir la edad penal, siguiendo las recomendaciones del equipo técnico del centro de menores en el que se encuentra actualmente.
El proceso, que en principio iba a durar tres días y se resolvió en menos de una hora, tuvo lugar en una sala blindada de la Audiencia Nacional y bajo máximas medidas de seguridad por el temor a un atentado.
El menor estaba acusado de transportar desde la norteña región de Asturias a Madrid, y a cambio de 1.000 euros (cerca de 1.300 dólares), parte de la dinamita Goma-2 utilizada por los terroristas islámicos para fabricar las diez bombas que el 11 de marzo estallaron en cuatro trenes regionales camino a Madrid.
El abogado defensor pedía la libre absolución de su cliente alegando que no había cometido infracción penal alguna.
El juicio, seguido por más de 700 periodistas de todo el mundo, se desarrolló en medio de fuertes medidas de seguridad y el acusado estuvo protegido por un biombo de manera que su rostro sólo podía ser visto por los miembros del tribunal.
El muchacho, conocido también como "Babi", "Gabi" o "El Guaje", estaba acusado de servir como "correo" al ex minero José Emilio Suárez Trashorras, en prisión por haber robado de una mina la dinamita usada para la masacre, reivindicada por la red Al Qaida, y habérsela facilitado a los terroristas a cambio de un alijo de hachís.
En concreto, la fiscal de menores responsabilizó al joven de haber accedido a comienzos de febrero a la propuesta de Suárez Trashorras de trasladar en un autobús una mochila con unos 20 kilos de dinamita para entregársela a los autores de la matanza tras ponerse en contacto con uno de sus cabecillas, Jamal Ahmidan, alias "El Chino".
Ahmidan fue uno de los siete integrantes de la célula integrista vinculada a la red Al Qaida que se inmolaron con una bomba en una vivienda del municipio madrileño de Leganés el 3 de abril, al verse acorralados por la policía.
El 12 de julio pasado, el equipo técnico que examinó al joven condenado hoy emitió un informe en el que consideraba que el menor asume la autoría de los hechos y no muestra arrepentimiento alguno.
"La ausencia de atribución de culpa es total, no hay arrepentimiento, no relaciona sus actos con el daño hecho a las víctimas y no tiene conciencia del daño causado", rezaba el documento.
Desde la matanza, la policía ha detenido a unos 70 sospechosos, en su mayoría marroquíes y argelinos, de los cuales una veintena ingresó en prisión, mientras que el presunto instigador de los atentados, el egipcio Rabei Osman Al Sayed, fue capturado en Milán en junio pasado.
Para el macro proceso contra los autores materiales y intelectuales de la masacre no se ha establecido fecha aún.