CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa exaltó hoy los valores de la familia, reafirmó que es una institución que debe basarse en el matrimonio y sobre éste apuntó que la Iglesia ha de aplicar lo manifestado por San Pedro: "Hay que obedecer a Dios más que a los hombres".
Juan Pablo II recibió hoy en el Vaticano a los participantes en la asamblea plenaria del Consejo Pontificio de la Familia, a quienes animó a trabajar a favor de esa "institución natural insustituible y elemento fundamental del bien común de la sociedad".
A este respecto, se refirió al V Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en 2006 en Valencia (este de España), por lo que aprovechó para enviar "un caluroso saludo a la amada tierra de España".
La familia "hunde sus raíces en el corazón de Dios", según el Pontífice, de manera que "quien destruye ese tejido básico de la convivencia humana, sin respetar su identidad y con la alteración de sus tareas, causa una herida profunda en la sociedad y provoca daños a menudo irreparables".
Subrayó la importancia de las familias cristianas, "con la fuerza que da la gracia del sacramento" y agregó que su misión en la sociedad y en la construcción de la Iglesia "no ha perdido nada de su actualidad. Al contrario, ha asumido un carácter de emergencia".
Dijo que las familias jóvenes deben ser un objetivo preferente en la acción de la Iglesia, ya que deben afrontar nuevos valores y responsabilidades y están expuestas, "en especial en los primeros años de matrimonio, a eventuales dificultades, como la de la adaptación a la vida en común o el nacimiento de los hijos".
El Papa aludió con satisfacción la creciente presencia en todo el mundo de movimientos a favor de la vida y la familia, cuyo dinamismo "es una ayuda valiosa", sobre todo para "hombres y mujeres que se desarrollan y se convierten en familia con el don de los hijos".
