CANCUN.— Nueve cadáveres aparecieron ayer en dos distritos de Cancún, y según primeras informaciones se tratarían de víctimas del narcotráfico, informó la policía local.
Los cuerpos aparecieron en un camino de tierra 15 kilómetros al sur del conocido balneario, todos con un disparo en la cabeza y uno con las manos atadas a la espalda, dijo el viceprocurador estatal Luis Alfonso Chi en conferencia de prensa.
Tres de las víctimas, identificadas como Luis Octavio Guzmán, Roberto Alcántara y Fernando Pérez, eran agentes de la policía federal, dijo Chi.
Los otros dos fueron identificados como Leonardo Flores, joyero, y Eduardo Solís, de profesión desconocida.
Otros cuatro cadáveres aparecieron en el baúl de un auto incendiado cerca de un basural junto a la carretera de Cancún a Mérida, localidad situada a 10 kilómetros del aeropuerto de Cancún.
La policía dijo que recibió dos llamadas anónimas el jueves por la mañana sobre los asesinatos.
Las autoridades desconocían los motivos y carecían de sospechosos en los casos, pero las armas empleadas y el estilo de ejecución apuntan al narcotráfico.
El estado de Quintana Roo, sobre el Caribe, fue una ruta importante del narcotráfico en los 90, cuando el entonces gobernador Mario Villanueva presuntamente ayudaba al cartel de Juárez a transportar toneladas de cocaína colombiana por barco, avión y camión a lo largo de la costa.
Esa banda fue desbaratada en el 2001 con la detención de Villanueva, que había renunciado y desaparecido dos años antes, y del presunto capo Alcides Magaña. Ambos aún esperan juicio.
La noticia de los asesinatos llegó en momentos que agentes de la policía federal en Ciudad de México manifestaba frente a su sede, al culpar a sus superiores por no rescatar a dos de sus camaradas, quemados vivos por una turba el martes por la noche en la capital.
La turba vio a tres hombres tomando fotos frente a una escuela en un suburbio del sur de la capital y pensó que se trataba de posibles secuestradores, sin saber que eran agentes encubiertos que investigaban el tráfico de drogas.
El tercer agente sobrevivió y el jueves era internado en un hospital militar para ser tratado por golpes a los riñones.
