WASHINGTON.- El Tribunal Supremo de Justicia de EE.UU. escucha hoy los argumentos sobre el uso medicinal de la marihuana, en un caso en el cual el gobierno sostiene que los estados no pueden escapar a las leyes federales.
El caso se refiere a Angel Raich, una mujer que después que probó decenas de medicamentos para aliviar los dolores causados por un tumor cerebral, y recurrió a la marihuana, con el respaldo de su médico y bajo una ley del Estado de California.
Ese estado, junto con Alaska, Colorado, Hawai, Maine, Montana, Nevada, Oregón, Vermont y Washington, han aprobado leyes bajo las cuales los pacientes pueden usar la marihuana si un médico la ha recetado para el alivio de los dolores y otros efectos de enfermedades graves.
Pero el gobierno del Presidente George W. Bush, que mantiene una posición firme contra la legalización de la marihuana, argumenta que los estados no pueden aplicar leyes que contravienen la política federal de represión del tráfico y uso de drogas ilegales.
Los simpatizantes de Raich, que presentaron la demanda después que agentes federales allanaron la casa de la mujer, argumentan que las personas que sufren los efectos del sida, el cáncer y otras enfermedades deberían tener derecho al cultivo y uso de marihuana.
De este modo, el caso que hoy se argumenta ante el Tribunal Supremo no se refiere solamente al uso medicinal de la marihuana, sino al equilibrio de poderes entre el gobierno federal y los Estados.
El gobierno de Bush, que favorece una disminución del poder del gobierno federal y una defensa de los poderes de los estados en otras muchas materias como la educación, en este caso ha adoptado la postura contraria.
El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito Federal, en San Francisco, en un fallo dividido, determinó que el procesamiento federal de los usuarios de marihuana por razones médicas es inconstitucional si la hierba no se ha vendido, no se ha transportado a través de las fronteras de estados, o no se usa para otros fines que no sean los médicos.